El Chelsea de
Abramovich
tiene una extraña virtud. Es especialista en echar el entrenador a media temporada y, en esa misma campaña, plantarse en una final europea. Con el milagroso cambio de
Thomas
Tuchel
por
Frank
Lampard
, ya ha sucedido hasta en 5 ocasiones. Cuando el dogma del fútbol asegura que un cambio a media temporada es un año perdido para el equipo, la idiosincrasia del Chelsea rompe esta hipótesis. El paradigma fue en la temporada 2011-12, cuando el interino
Roberto Di Matteo
llegó en marzo para sustituir a
André Villas-Boas
. Fue la primera y única Copa de Europa para el Chelsea y la primera vez que se llevaba la Champions con un entrenador de recambio. Pero al año siguiente, el Chelsea ganó la Europa
League con un Rafa
Benítez
que había suplido a
Di Matteo a mitad de campaña.
¿Qué pasó en 2008? Una película similar a la actual. A mitad de campaña destituyeron a
Mourinho por sus resultados y el relevo
Avram Grant
logró llegar a la primera final de la Champions de la historia del Club. Un día doloroso por perder a los penaltis contra el United, por el resbalón de
John
Terry
. Diez años antes,
Vialli relevó a Gullit
en el banquillo a media temporada y lograron ganar la Supercopa de Europa. En ningún otro sitio como Stamford
Bridge, un cambio de entrenador resulta ser un revulsivo tan eficaz.
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