El filón de reunir a grandes elencos de series, una mina para el Partido Demócrata


Estados Unidos se encuentra una vez más en la campaña electoral más cara de su historia. Los 10.800 millones de dólares que, según el Center for Responsive Politics, acabarán volcando juntos el demócrata Joe Biden y el presidente republicano Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca superan holgadamente los 7.000 millones de la campaña de 2016 (que también fue la más cara tras 2012 y así sucesivamente). Este año, sin embargo, la maquinaria electoral rueda sin una pieza pequeña pero útil: las fiestas y demás eventos de recaudación de fondos, que diversos anfitriones organizan a lo largo y ancho del país para atraer donantes, canceladas naturalmente por causa de la pandemia.

La más llamativa de las formas que han surgido para cubrir esa carencia es una que ha comenzado a notarse esta semana: el Partido Demócrata está convenciendo a los elencos de viejas series de televisión de que se reúnan en eventos virtuales que luego se retransmiten por privado a los pagadores. El reparto de la legendaria Seinfeld, por ejemplo, se juntará este viernes a comentar sus mejores momentos en la serie, para recaudar fondos para los demócratas texanos. “Es un Estado decisivo. Sabíamos que teníamos que reunirnos por algo especial y ayudar a los Demócratas texanos era la oportunidad perfecta”, han explicado en un comunicado los dos actores que se reunirán, Jason Alexander y Julia Louis-Dreyfuss, junto con el cocreador de la serie, Larry David.

Para los Demócratas de más edad, el reparto de Días felices, una sitcom emitida entre 1974 y 1984 y muy querida por la generación boomer estadounidense, se volverá a ver las caras el domingo para recaudar fondos por el partido en Wisconsin. Precisamente era allí donde tenía lugar la serie. Basta con pagar un dólar para ver el programa.

Según han ido sucediéndose las semanas de campaña, más elencos disueltos hace años se han vuelto a ver las caras. La propia Julia Louis-Dreyfuss juntó el 4 de octubre a los integrantes de su otra gran comedia de éxito, Veep, precisamente de temática política. Otra comedia situada en un gobierno, Parks and Recreation, hizo lo mismo. Más titulares dieron los intérpretes de El ala oeste de la Casa Blanca, el drama político por excelencia de las últimas décadas, que recrearon sobre un escenario de teatro uno de los capítulos de la ficción el pasado día 15: en este caso, no era para el partido Demócrata sino para una ONG que facilita el acceso al voto. En cine, el reparto de La princesa prometida recaudó 4,3 millones de dólares leyendo el guion desde sus casas.

El reencuentro de actores es uno de los filones salidos de la pandemia, que prácticamente ha paralizado a la industria del entretenimiento. Con ese motor en punto muerto, el púbico ha empezado a responder a ver de nuevo sus caras favoritas juntas, que es como ver a los colegas: lo hicieron los actores de Frasier, El príncipe de Bel Air, The Nanny, The Office o Lizzie McGuire.


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