El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha enviado un mensaje contundente este martes al presidente de El Salvador, Nayib Bukele. El organismo ha instado al popular mandatario que elimine el bitcoin como moneda de uso legal en el país centroamericano, lo que aumenta la tensión en las relaciones entre el Fondo y el Ejecutivo de Bukele. Para el presidente la implementación de bitcoin como moneda de pago es uno de sus principales proyectos, que promociona con intensidad tanto desde su cuenta de Twitter —plataforma favorita para comunicar sus decisiones— como en las giras que ha emprendido para vender a su país como una tierra de oportunidades para los empresarios. Bukele no ha reaccionado inmediatamente a la exigencia del FMI.
El Fondo ya había alertado a inicios de enero de los riesgos que implica para El Salvador asumir la criptomoneda y había pedido a Bukele una reunión para discutir su implementación como moneda de curso legal. “La adopción del bitcoin como moneda genera una serie de cuestiones macroeconómicas, financieras y legales que requieren un análisis muy cuidadoso”, dijo Gerry Rice, portavoz del Fondo. El popular presidente ya había anunciado en noviembre sus grandes planes para convertir a su país en un laboratorio mundial de la criptomoneda. Bukele se ha mostrado entusiasta con el proyecto y ha prometido a sus ciudadanos que llevará desarrollo económico para su país. Desde su Gobierno se ha afirmado que esta iniciativa pretende convertir a El Salvador en la Singapur de América Latina.
El salvadoreño viajó la semana pasada a Turquía en su búsqueda de atraer apoyos en momentos cuando su relación con Estados Unidos —el principal socio de su país— pasa por horas bajas. Bukele se reunió con Recep Tayyip Erdogan, con quien firmó seis acuerdos de cooperación bilateral en los sectores de economía, comercio, defensa, diplomacia y educación. Pero el tema que más expectativa levantó durante la visita fue el uso de las criptomonedas, en un país donde sus habitantes están en plena fiebre inversora para proteger sus ahorros, cuando la lira turca ha sufrido una fuerte pérdida en su valor.
La exigencia del FMI se da en momentos cuando el valor de las criptomonedas va en caída libre. La semana pasada el bitcoin perdió más del 10% de su valor, mientras las bajas continúan. La criptomoneda bajó a 35.000 dólares, lo que representa el valor más bajo desde julio. Bukele ha reaccionado con mofa a quienes critican la caída en el valor de la moneda virtual y su decisión de adoptarla. “La mayoría de la gente entra [a comprar] cuando el precio sube, pero el momento más seguro y rentable para comprar es cuando el precio baja. No es ciencia espacial. Así que invierta una parte de su sueldo de McDonald’s en Bitcoin”, escribió Bukele el 24 de enero. El presidente cerró su mensaje con un “Drama queens” [reinas del drama] para sus críticos.
Rice, del FMI, ya había advertido a inicios de enero que “los activos cripto pueden traer riesgos significativos”, por lo que sugirió que debería haber “medidas efectivas de regulación”. Para Bukele, sin embargo, se trata de una “oportunidad de oro” para su país. A inicios del pasado junio la Asamblea Legislativa salvadoreña adoptó una ley que hace del bitcoin una moneda de uso legal. Un hecho que el presidente Bukele celebró con entusiasmo. “En cada restaurante, hotel, banco, transacción personal, si quieres vender un auto, todo podrá pagarse con bitcoins o dólares. El bitcoin será tratado como moneda nacional, todos tendrán que aceptarlo”, auguró. Entonces, sus planes comenzaron a crecer y Bukele lanzó su idea de convertir al país centroamericano en un gran centro de minado de la moneda virtual. Para ello prometió ofrecer “energía muy barata, 100% limpia, 100% renovable, con cero emisiones, de nuestros volcanes”. El 10 de junio, Bukele hizo público en Twitter un proyecto geotérmico que servirá como sede del minado.
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