El fondo y las formas

Isabel Díaz Ayuso interviene en su acto de toma de posesión.
Isabel Díaz Ayuso interviene en su acto de toma de posesión.JESÚS HELLÍN / EUROPA PRESS

La presidenta Isabel Díaz Ayuso no propone, sino que espeta. Lo que ocurre es que algunos de sus exabruptos tienen verdadero interés. Hace unos días, por ejemplo, se acodó sobre la tribuna de la Asamblea, miró de soslayo al respetable y lanzó la idea de un cheque-bebé dirigido a las futuras madres. A una parte de ellas, al menos. El propósito declarado es estimular las maltrechas tasas de natalidad de nuestra región. Pero también dice sin decir lo que ya saben en demasiados barrios: que en el life-style ‘a la madrileña’, muchos hogares son pobres precisamente porque son familias.

Confesión por confesión, es difícil exagerar la relevancia de esos dos propósitos. Por eso importa tanto que la presidenta haya hecho esta propuesta, que merece ser debatida seriamente para ser mejorada. Los primeros análisis advierten que la condición de un empadronamiento de 10 años dejará fuera a muchas de las mujeres que más necesitan un alivio de este tipo. Otros asuntos claves –como los límites de ingreso, la duración y cuantía de la ayuda o la introducción de medidas complementarias– deben ser considerados con detenimiento cuando el Gobierno de Madrid presente los detalles de su propuesta.

El riesgo es que las formas arruinen el fondo de este debate público fundamental. No había terminado Díaz Ayuso de enunciar su idea y ya estaba siendo manoseada en las trincheras. ¿Realmente necesitamos caricaturizar esta propuesta como una simple concesión a la ultraderecha? ¿Contribuye algo plantear este asunto como un escarmiento para abortistas? ¿Necesitamos interpretar todo en contra de alguien?

Vox –cuya portavoz aprovechó la sesión para compartir con otro diputado su experiencia en operaciones ilegales– hará lo que hace siempre: organizar una performance y reducir la realidad al cubículo cruel, ignorante y cabreado en el que se desenvuelven. No merece la pena dedicarles ni estas tres líneas. Sin embargo, tengo fe en el sentido común del Partido Popular y de los grupos de la oposición en el parlamento regional. Mi punto de partida es que Ayuso quiere lo mejor para sus votantes (que es tanto como decir para los madrileños, considerando que barrió en cada esquina). Y que Más Madrid, PSOE y Podemos aportarán su experiencia técnica y su voluntad para lograr que esta medida salga adelante en las mejores condiciones posibles.

Ojalá no me equivoque. Primero, porque cientos de miles de mujeres y sus familias en la Comunidad de Madrid merecen una vida digna y una oportunidad. Merecen libertad, si lo quieren poner en esos términos. Sobre todo, porque estamos hasta los mismísimos de que las cosas sean de otro modo.


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