No ha sido ni una, ni dos, ni tres. Hasta cuatro veces ha experimentado el Espanyol en lo que va de curso la frustración de ver como después de darle la vuelta a un marcador en contra acaba llegando un nuevo tanto con el que se le escapa el triunfo. Sucedió ante el Valencia en Cornellà-El Prat, en Nuevo Mirandilla frente al Cádiz, en casa contra el Elche y también como local, el pasado sábado, con el Girona. Cuatro partidos en los que el Espanyol empezó perdiendo, logró llegar a ponerse con 2-1/1-2 a favor y acabó encajando un postrero gol que evitó que se erigiese como vencedor.
La primera vez fue el 2 de octubre, en la visita del Valencia al RCDE Stadium, y fue un encuentro en el que el infortunio o el exceso de confianza se cebó con el guardameta Álvaro Fernández. Porque después de que Gabriel Paulista abriese el marcador para el conjunto che en una jugada a balón parado (todo un talón de Aquiles para este Espanyol), los goles de Joselu y Darder hicieron presagiar que llegaría la que entonces hubiese sido la primera victoria de Diego Martínez en el RCDE Stadium, pero el caprichoso fútbol le tenía reservada una jugarreta en el tiempo añadido. Concretamente en el 96′ fue cuando Álvaro Fernández pensó que un balón colgado al área por Cömert iba fuera y lo dejó pasar convirtiéndose en el definitivo empate.
Para la siguiente ocasión en la que el Espanyol sufrió una ‘remontadis interruptus’ hubo que esperar solo una semana. Fue ante el Cádiz y a domicilio, marcando en primer lugar Víctor Chust para los de Sergio González, remontando para los pericos Joselu con un doblete y empatando a posteriori Lucas Pérez. También hubo aquí fallo del portero de por medio, más en el primer tanto que en el segundo cadista, aunque con Lecomte como protagonista.
La tercera vez fue en casa, contra el Elche. Pere Milla adelantó en el marcador a los entonces dirigidos por Jorge Almirón, entre Javi Puado y Martin Braithwaite le dieron le dieron la vuelta al marcador y después Gonzalo Verdú empató para el cuadro franjiverde. En esta ocasión, Nico Melamed tuvo en sus botas el 3-2, pero la madera lo evitó.
Y la cuarta, y hasta ahora última remontada con sorpresa negativa a posteriori fue la del sábado pasado ante el Girona. Hizo el 0-1 Toni Villa, empató Puado, hizo el 2-1 para los pericos Joselu y, cuando el respetable se las prometía muy felices, Yangel Herrera firmó el 2-2.
El dato sin duda que resulta preocupante para un equipo ávido de buenos resultados con los que revertir la actual situación y ganar en confianza. Una cosa va ligada con la otra y estos episodios no ayudan.