Misión cumplida para el Urbas Fuenlabrada. Tres partidos antes del final, sus once victorias y la derrota del Movistar Estudiantes contra el Monbus Obradoiro (83-94) le permiten asegurar matemáticamente su permanencia en la Liga Endesa. Un éxito para el que necesitó 25 jugadores, dos plantillas, y tres técnicos.
El impulso final del conjunto del sur de la Comunidad de Madrid, pergeñado por el técnico barcelonés Josep María Raventós, capaz de conseguir que su equipo se apuntara cuatro victorias en los siete partidos que ha dirigido, han permitido al ‘Fuenla‘ alcanzar su objetivo, seguir en la máxima categoría del baloncesto español donde estarán por vigésimo cuarto año en su historia, después de muchas turbulencias.
Un proyecto que arrancó el vallisoletano Paco García, que había cogido el equipo el curso pasado en una situación apurada -ocupaba plaza de descenso cuando se tuvo que paralizar la temporada por la pandemia, en la que se mantuvo gracias a la decisión de la ACB-. Las cinco derrotas de inicio provocaron su cese y la salida de la entrenadora asistente Anna Montañana.
Para enderezar el rumbo arribó Javier Juárez al Fernando Martín, que ganó cuatro partidos de sus cinco primeros pero desde entonces solo sumó triunfos en tres de los 16 siguientes, lo que provocó su salida y el paso adelante de Raventós, hasta entonces técnico ayudante, que aplicó su experiencia de cinco años en el club para tocar los resortes necesarios con los que asegurar la salvación.
En esta singladura, el Fuenlabrada ha utilizado 25 jugadores, incluyendo entre ellos tres canteranos -Juanjo Santana, el letón Rodijs Macoha y el maliense Bassala Bagayoko, récord de precocidad de la ACB al debutar con 14 años y 7 meses-, prácticamente dos plantillas completas, debido a los múltiples cambios de jugadores, tanto por lesiones como por fichajes que no aportaron lo esperado.
En esa ingente nómina de efectivos, destacan los problemas en la posición de pívot: comenzó la temporada el estadounidense Robert Upshaw, en el que rápidamente se percibieron problemas de ritmo, se recurrió para suplirle al jamaicano Shevon Thompson y al serbio Oliver Stevic, pero el primero no terminó de convencer y el segundo se marchó al Herbalife Gran Canaria poco después.
A las dificultades para encontrar el interior adecuado se sumaron las lesiones -sobre todo las del español Osas Ehigiator y el estonio Siim-Sander Vene– o los jugadores que no convencieron en los cambios de técnico, como el ucraniano Alexander Bobrov o el bosnio Njegos Sikiras. En enero llegaron el canadiense Kyle Alexander y los estadounidenses Josh Sharma y Kwan Cheatham, y para las últimas semanas se sumó el maliense Cheick Diallo.
Pese a tanto trasiego en las posiciones interiores, el ‘Fuenla‘ basó una de sus señas de identidad de la temporada en el rebote, siendo el segundo mejor equipo del campeonato en rebote ofensivo (12,18 capturas por partido) y el sexto entre ambos aros (35,5 por encuentro). A la voluntad en las capturas le sumó el ímpetu defensivo para ser el tercer mejor equipo recuperando balones (8,48 por encuentro).
Junto a estas características defensivas, el Urbas construyó su ataque en torno a una figura: el base estadounidense Melo Trimble, máximo anotador de la Liga Endesa con 17,2 puntos por partido. Sus actuaciones han ido de más a menos: después de protagonizar cinco partidos seguidos en el arranque con más de 20 puntos -de los cuales solo uno de ellos sirvió para la victoria-, su aportación fue declinando, con picos puntuales (30 puntos al Betis, 31 al Obradoiro), y sus problemas con las pérdidas de balón lo han acabado situando como escolta, con el serbio Jovan Novak -otro fichaje de enero- o el esloveno Ziga Samar dirigiendo el juego.
Alrededor de Trimble se han ido ubicando otros jugadores que han sido tan decisivos en ocasiones como irregulares en otras, casos como el del brasileño Leo Meindl (11,2 puntos y 5,9 rebotes de media), Marc García (10,3 puntos, actualmente lesionado), el congoleño Chrisitan Eyenga (8,8 puntos y 3,7 rebotes) o el nigeriano Obi Emegano (9,8 puntos y 2,8 rebotes).
Habrá que ver cuántos de ellos continúan en el proyecto del Fuenlabrada en la próxima temporada, para el que las incógnitas comienzan por el entrenador. Raventós hasta el momento ha preferido centrarse en el día a día cuando ha sido preguntado por su futuro.
Con la permanencia asegurada, el ‘Fuenla’ tiene tres partidos por delante para disfrutar, ante Retabet Bilbao, Coosur Betis y Valencia Basket, y comenzar a trabajar en el proyecto para su próxima temporada, la vigésima cuarta en la máxima categoría del baloncesto español para este humilde equipo madrileño.
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