Jugadores, entrenadores, dirigentes, empleados. Todos pasan por los clubes, su gente queda. Otros ojos y otras manos para aplaudir, pero la afición perdura. El sentido del club de fútbol es hacer felices a sus seguidores.
Ser hincha de un equipo va mucho más allá de hacerte socio, pagar un carnet o ir a los partidos. Durante el campeonato tu mente está puesta en el siguiente duelo y toda la semana gira en torno a esta circunstancia. El deporte del balompié es pasión y, por eso precisamente, tiene en los jugadores su gran atractivo, pero en los aficionados su mayor valor.
Hace unos días Athletic y Real firmaron un comunicado en el que asumían que era inviable jugar una final sin su gente. Algo esperado, que incluso tardó en producirse. El comienzo fue bueno, pero con el avance de la pandemia hubo dudas al otro lado de la A-8. Al final y fruto de lo que significa para ‘Athleticzales’ y ‘Realzales’ este partido, no quedó otra que ir de la mano y comunicárselo a la Federación, de quien por cierto partió la idea de jugar incluso una semana antes de la
final
de
Copa
2020-21.
Tengo la sensación de que cuando llegue la final el nivel de ganas va a ser tan grande que nadie se querrá perder el evento
El ritmo que marca este maldito virus y, sobre todo, lo que vayan diciendo las autoridades sanitarias nos irá ubicando poco a poco en la ‘nueva normalidad’ y cuando todo esté listo podremos disfrutar de una final con carácter oficial. En esto pusieron muchísimo énfasis ambos clubes. Una final que perdure en el tiempo como aquella que no se disputó en su fecha original y que tuvo como participantes a los dos equipos vascos con más títulos de los existentes en esto del fútbol.
Tengo además la sensación de que cuando llegue ese momento el nivel de ganas va a ser tan grande que nadie se querrá perder el evento. Hoy o mañana a más tardar conoceremos la decisión de la comisión delegada, que no debería cambiar de criterio en una decisión que ya tomó en su momento en tal sentido. He de reconocer que pensar en que esta final está mas viva que nunca me provoca cierta felicidad. Felicidad que entiendo compartiré con las “gentes” de uno y otro equipo.
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