Más lesiones y más tiempo de inactividad: los muslos de los jugadores están pagando un alto precio en el fútbol moderno a medida que aumenta el nivel de intensidad de los partidos y se alargan las temporadas, según un estudio científico publicado el martes.
Según este estudio, publicado en el British Journal of Sports Medicine y financiado por la UEFA, se registraron 2.636 lesiones de isquiotibiales entre 2000 y 2021 para un total de 3.909 jugadores profesionales.
El número de lesiones de este tipo se ha duplicado en el periodo, pasando del 12% del total de lesiones identificadas en la primera temporada al 24% en la última temporada. También se duplicó el número de días perdidos por estas lesiones, con una duración media de trece días.
Para comprender estos aumentos, los científicos se centraron en los últimos ocho años. Los investigadores analizaron datos de los equipos médicos de 54 clubes europeos en 20 países durante 21 temporadas sobre el tiempo que los jugadores pasan en los entrenamientos y en los partidos, los períodos de ausencia por lesión, enfermedad u otros motivos y el tipo de lesión (estructural o funcional).
Dedujeron que la razón principal del aumento del número de lesiones en el muslo es el alargamiento de las temporadas en las que los jugadores juegan muchos partidos de alta intensidad. Por lo tanto, los cuerpos se ponen a prueba durante más tiempo.
El riesgo de lesiones también aumenta durante los partidos: es diez veces mayor que en los entrenamientos. Al mismo tiempo, los investigadores detectaron un aumento significativo en el número y la gravedad de las lesiones fuera de competición.
Elevado riesgo de recaída
Otra consecuencia del fútbol moderno: el riesgo de recaída es muy alto. De todas las lesiones registradas entre 2000 y 2021, cerca del 20% son recaídas, de las que más de dos tercios se consideran precoces, es decir, dentro de los dos meses posteriores al regreso a la competición.
Esta situación complica la vida de los clubes al hacer que los jugadores no estén disponibles durante la temporada. Independientemente de la temporada, en las últimas dos décadas, uno de cada cinco jugadores se ha perdido un entrenamiento o un partido debido a una lesión en el tendón de la corva.
Un equipo tipo de 25 futbolistas puede esperar luchar con alrededor de ocho lesiones de este tipo por temporada, según los investigadores.