El gasto en pensiones sigue su aumento inexorable y ha comenzado el año superando un listón simbólico. Por primera vez en un mes, sea el que sea, la factura de la Seguridad Social ha superado los 10.000 millones de euros. En realidad ha sido algo más, las pensiones contributivas llegaron a 10.087,7 millones, un 3,26% más que en el mismo mes de 2020, según la Seguridad Social. A esta cantidad habría que sumar las de las clases pasivas —los funcionarios jubilados— que suman otros 2.336,15 millones.
La pandemia había frenado el aumento del gasto. En 2020 hubo incluso algún mes en el que bajó el coste si se compara con el mes precedente, no así respecto al mismo mes del año anterior. La combinación del mayor número de fallecimientos, los problemas administrativos y las restricciones que ha provocado la covid-19 trajeron el año pasado el menor incremento en años, un 2,31%. El ritmo se mantiene ahora, porque el salto que se observa se debe a la revalorización anual aplicada en enero: un 0,9%. El escalón probablemente desaparecerá en febrero porque la actualización anual se aplicó en febrero, por eso la comparación de este enero frente al anterior no es homogénea.
En el aumento del gasto en pensiones operan varios factores que convierten el fenómeno en inexorable, pese al impacto de la pandemia. El primero es esa revalorización anual. El siguiente es que los nuevos pensionistas tienen pensiones más altas que quienes fallecen por haber tenido mejores carreras de cotización (más largas y con bases de cotización más altas). Y, por último, está el envejecimiento que hace que cada vez haya más pensiones, 9,81 millones en enero.
Este elemento es el que se ha visto afectado por el coronavirus, ya que el ritmo de subida ha estado por debajo del 1% durante buena parte del año. Incluso se acercó al 0% en septiembre, octubre y noviembre. Pero ya en el último mes del año se revirtió la tendencia y eso ha continuado en enero.
La mayor parte de la factura de pensiones se destina a las prestaciones de jubilación: 7.246,8 millones. Es decir, casi tres de cada cuatro euros. El siguiente capítulo de este gasto, aunque muy lejos del primero, se destina a las pensiones de viudedad: 1.731 millones.
Entre los datos que ha difundido el Ministerio de Seguridad Social este martes está también el de la pensión media, 1.028,19 euros. No obstante, este número esconde la brecha de género que se da en el sistema de la Seguridad Social, que es incluso mayor que en el mercado laboral. Frente a una prestación media entre los hombres de 1.249 euros al mes, las mujeres reciben 824,65 euros. Es decir, la pensión de las mujeres es un 34% menor que la de los hombres.
La explicación a esta situación desigual está en la propia naturaleza contributiva del sistema de pensiones español. Las prestaciones que se reciben están en gran medida vinculadas a lo cotizado durante la carrera laboral. Las mujeres, en general, han cotizado menos que los hombre: se cotiza según el sueldo y el de ellas es menor, un 21,4% en términos anuales con los datos de la encuesta de estructura salarial de 2018. Y a esto hay que añadir las interrupciones en la carrera laboral (menos tiempo cotizado) propias de la maternidad y cuidados de familiares dependientes.
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