Cada año se da un paso más. Este último fin de semana, el primer equipo femenino del Girona FC jugó en Montilivi con motivo del 8 de marzo. Por suerte, ya es habitual que en fechas cercanas a un día tan señalado, el club organice el partido del primer equipo de las fichas en feudo rojiblanco.
En muestra de apoyo y por méritos futbolísticos, más de 1.000 aficionados decidieron animar a un equipo que pelea por ascender de categoría. Las jugadoras dirigidas por Edu Sanmartín jugaron frente al Sant Cugat en la segunda jornada del play-off de ascenso a Primera Nacional. El partido acabó en empate a dos pero pudo pasar de todo. Las rojiblancas estuvieron a punto de sumar el seis de seis en una fase muy complicada, pero el cuadro visitante acabó firmando las tablas a 20 minutos del final.
La cereza del pastel, para las rojiblancas, hubiese sido sumar un nuevo triunfo después de hacerlo frente al Porqueres, líder del torneo regular, aunque solo por la gesta todo el mundo pudo disfrutar de una gran mañana de fútbol. Las goleadoras por parte local fueron Paula Lloret y Xènia Casadevall, quienes se llevaran un buen recuerdo tras perforar la red de un estadio en el que todo ‘gironí’ sueña marcar. Xènia, además, marcó un auténtico golazo de libre directo desde la esquina del área. El balón fue bajando hasta colarse por toda la escuadra.
El día fue una fiesta, pero también una necesidad y un paso para seguir visibilizando el fútbol femenino. Antes del encuentro, las capitanas leyeron unas palabras en favor de la igualdad y los derechos de las mujeres.