El Girona se come al Valladolid sobre la bocina

Final agónico entre Girona y Valladolid en un encuentro que se llevó, prácticamente sobre la bocina, los de Míchel Sánchez (2-1). 

El partido empezó con infortunio para los pucelanos. Sergi Guardiola, que partió como delantero titular para Pacheta, tuvo que salir sustituido por un golpe en la espalda. Fue momento para Weissman, sin apenas tiempo para calentar.

Ambos entrenadores coincidieron en la previa. La clave era saber minimizar al rival, pues ambos conjuntos se defienden con la posesión en el verde. La cereza del partido era hacerse lo antes posible con el esférico y la tensión para hacerse con él se palpó durante buena parte de la primera mitad de encuentro. Eso sí, el balón intentó balancear de un costado a otro, independientemente del color de camiseta que intentara mimarlo.

El centro del campo pareció colgarse, desde la media hora de partido, la medalla de poner pausa y llevar el control. Fue ahí donde el Girona gozó de sus mejores minutos y, en consecuencia, el premio del gol. Jugada personal de una de las sensaciones de los rojiblancos, Rodrigo Riquelme, que acabó centrando Aleix García para que Reinier se estrenara como goleador esta temporada (21′).

La otra cara de la moneda, Pacheta, impotente por el gol encajado y por una nueva lesión, la de Luis Pérez. No dejó de dar instrucciones a los suyos mientras que Míchel, también por el resultado, parecía más calmado que otras veces.

Antes de llegar el ecuador del partido, llegó el punto de inflexión para los blanquivioletas. Empezó a cocer el juego, sabiendo que era el modo de hacer daño a los catalanes. Dicho y hecho. Monchu se sacó un zapatazo desde fuera para cumplir la famosa ley del ex y poner las tablas en el electrónico (38′).

Una parte totalmente distinta se presentó al volver a saltar al campo. Ambos conjuntos quisieron minimizar errores y el balón que tanto rodó en los primeros 45 minutos, se trabó por momentos. El cansancio empezó a pasar factura en las piernas y las imprecisiones tomaron las riendas en momentos clave y en últimos pases.

Los ojos de los técnicos fueron testigos y se dispusieron a mover fichas en busca de romper el partido y buscar espacios para fomentar el juego por las bandas. Empezaron así a cocerse cosas, más por parte del cuadro catalán que empezó a oler el gol, aunque sin suerte. Taty Castellanos lo intentó una y otra vez pero no hubo maneras de que el esférico entrara en la red de Sergio Asenjo. Mientras que Plata cayó derribado en área de José Carlos en lo que pareció un claro penalti, pero el VAR no entró. 

Lo que sí se repitió fue la mala suerte para el cuadro visitante. Tercera lesión para los de Pacheta, que vinieron con toda la expedición sana, pero se fue con un trío de bajas. Esta vez fue Kike Pérez el perjudicado.

Los cambios ayudaron a los de Míchel. De balón parado en una falta y con la posterior dejada de Santi Bueno, llegó el remate de Oriol Romeu, que también debutó como goleador a falta de dos minutos para los noventa reglamentarios (88′). El jugador parece haber caído de pie en Girona y cuajó de nuevo un trabajo tremendo en tareas defensivas y ofensivas.

El Valladolid fue con todo y, consecuentemente, el Girona reculó para asegurar la que fue su segunda victoria en casa y un muy buen resultado frente a un rival directo. El Valladolid, no sólo se llevó un mal trago con el resultado, sino que también se fue con bajas de vuelta a casa. No fue el mejor día para los de Pacheta, que no supieron lograr su segunda victoria consecutiva.