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El Girona se debilita en el mercado de invierno

El mercado de invierno debe ser una oportunidad para mejorar la plantilla. Los primeros meses de competición sirven para saber por donde cojea un equipo, una plantilla y atender a las peticiones del técnico. Sin embargo, en el Girona no ha sido así, más bien lo contrario, y es que la grave situación económica que tiene el club debido al límite salarial ha provocado que Francisco haya visto como se ha debilitado la plantilla.

A mediados de enero el primero en marcharse fue José Suárez, el tercer portero, que tras más de tres años sin haber debutado en partido oficial con el Girona decidió marcharse al Nàstic de Tarragona. Un movimiento, aparentemente, sin ninguna repercusión deportiva más allá del ahorro de la ficha, mínima, por parte del club. Los días sucedían y como bien se podía intuir ante la situación es muy delicada con el límite salarial, sobre pasado, y por el que el Girona tuvo que pedir a la Liga una ampliación, las llegadas eran imposibles. Si no puedes reforzarte, tampoco te debilites.

Sin embargo, la sorpresa llegó cuando a tan solo dos días para cerrar el mercado, el domingo por la mañana, Arijanet Muric comunicó a la plantilla y al staff técnico su deseo de marcharse. Ante esto, poco pudo hacer el Girona que, siendo el futbolista propiedad del Manchester City, aceptó la cancelación de la cesión ante la falta de protagonismo del de Kosovo. En diez días te habías quedado con un solo portero y las dos fichas liberadas no eran lo suficientemente altas como para incorporar a un segundo guardameta de garantías. Mientras, las ofertas de Almería, Espanyol y Mallorca, entre otros, no convencían a la secretaría técnica.

La plantilla ya era justo a principio de temporada y buena factura ha pagado ya Francisco, que ha tenido que echar mano del filial mucho más de lo que le hubiera gustado, pero que lo ha hecho contento y convencido que los más jóvenes pueden aportar. Ramalho a Osasuna. A cuatro horas para que se cerrara el mercado el defensa de Barakaldo se marchó a Pamplona y ha dejado la plantilla con tan solo tres centrales: Bueno, Bernardo y Juanpe. Tres centrales de garantías, sí, pero con Juanpe aún a alguna semana de recuperarse después de más de tres meses lesionado.

Los más optimistas contaban con la aparición de un cuarto central u otra incorporación en la banda, pero tampoco. La única llegada fue la de Adrián Ortolá, que eso sí, ha llegado gratis y con un contrato hasta junio de 2023. La conclusión es evidente, el Girona se ha debilitado deportivamente en este mercado, en el que la única nota positiva va a ser que los más jóvenes: Ramon Terrats, Pau Víctor y Arnau Martínez tendrán más protagonismo para seguir demostrando que son el futuro del club. La planificación vuelve a estar en duda mientras Francisco, el gran baluarte que tiene el Girona ahora mismo, se queda sin los refuerzos que había pedido y acaba contrato este junio.


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