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El Girona y el reto del ascensor


Como bien dijo Pere
Pons en la carta que escribió a la afición horas después de perder ante el Levante, el Girona se ha caído al pozo, a la “mierda”. Es algo ya conocido la dificultad que tiene ya de por si la Segunda
División, una de las ligas más igualadas a nivel europeo, pero aún lo es más cuando vienes de Primera y quieres volver a ascender, una complicada misión que tan solo han podido cumplir seis de los veintisiete equipos que han descendido las últimas nueve temporadas.

Eusebio hablaba hace unos días, antes de conocerse el descenso del Girona, que se habían puesto dentro del vestuario el reto de lograr la permanencia, un hito que equiparaba a un ascenso. Ahora, unas semanas más tarde se hace evidente que un ascenso es algo más complicado y difícil de conseguir. En Montilivi, con la ayuda de la propiedad, se buscará hacer un equipo fuerte con la misión de volver a subir y completar así el reto del ascensor. Sin embargo, la historia reciente demuestra lo complejo que es bajar y subir al año siguiente. En las ultimas nueve temporadas, a falta de conocerse los equipos que suban esta campaña, tan solo seis de los veintisiete equipos que descendieron recuperaron la categoría inmediatamente después, lo que representa un 22% del total.

Dentro de este contexto, poco optimista para los intereses del Girona, los referentes están claros. El Deportivo es el único equipo que ha logrado bajar y volver a subir en dos ocasiones a lo largo de la última década, con ascensos en la temporada 2010-2011 y 2012-2013 y al mismo tiempo es el único de los cinco equipos que lo han logrado que ahora está en Segunda División. Más allá de los gallegos, el Villarreal también lo logró en la temporada 2011-2012, el Betis en la 2013-2014 y el Getafe y el Levante en la 2015-2016, el mismo año en el que el Girona también ascendió a Primera. Otros como por ejemplo el Valladolid en la 2011-2012 volvieron tras dos temporadas en el barro.


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