La esperada reunión celebrada este jueves entre el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y familiares de los 12 marineros desaparecidos en el naufragio del pesquero gallego Villa de Pitanxo el 15 de febrero, ha supuesto un duro revés para los afectados. Miñones ha descartado cualquier posibilidad de bajar al pecio para rescatar los cuerpos que supuestamente quedaron atrapados tras el súbito hundimiento. Un agrio final para las familias, que han perdido toda esperanza de que Gobierno busque a los náufragos en las aguas frente a Terranova (Canadá).
El delegado ha informado de las gestiones que durante casi un mes se han realizado desde el Gobierno para diseñar una operación de rescate, pero sin encontrar una solución técnicamente viable. José Miñones recordó que en el anterior encuentro con las familias, celebrado a finales de febrero, les explicaron que con los medios propios del Gobierno no era posible acceder al barco, por lo que en las últimas semanas se ha estado trabajando en la redacción de un informe para buscar alternativas en el sector privado.
Este documento recoge que “no es posible” rescatar los cuerpos del pecio, debido a una serie de “condicionantes” como la situación donde se ubica, por lo que se descartó que se pueda bajar al pesquero gallego que se hundió a 1.000 metros de profundidad cuando faenaba a 450 kilómetros de las costas de Terranova.
Según explicó Miñones, tras la reunión celebrada en la sede de la Subdelegación del Gobierno en A Coruña, el Ejecutivo ha buscado diferentes alternativas con empresas especializadas, pero “ni el reflote del buque, ni el envío de buzos al pecio, como tampoco entrar en el barco con un robot no tripulado es posible”, afirmó.
El director general de la Marina Mercante, Benito Núñez, también presente en la reunión, ha incidido en que no se pueden llevar a cabo otras alternativas de rescate porque el objetivo último de recuperar los cuerpos no se puede materializar. En su evaluación, los técnicos explican que las condiciones del mar en la zona y la profundidad imposibilitan el rescate de los cadáveres. Según él, la única opción sería un reflotamiento del pecio, pero a esa profundidad “no es factible”.
Preguntado por la posibilidad de enviar una cámara al interior del barco para comprobar si dentro hay algún cuerpo, Núñez ha asegurado que “no se puede acceder al barco” debido a las características del buque pesquero y un buzo no puede bajar a tanta profundidad.
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“Se ha descartado por condiciones principalmente técnicas. No hemos dado a las familias traslado de condiciones económicas porque lo que nos lleva a esta conclusión es que técnicamente no es viable”, ha reivindicado Núñez, explicando que se desconoce un precedente similar. “Hemos mirado todas las alternativas posibles”, ha añadido Miñones, que ha insistido en que enviar un robot al barco “como tanto piden las familias”, no garantiza el poder recuperar los cuerpos, que es el “objetivo final”. “Una vez que tenemos las garantías de que el rescate de los cuerpos no es posible, se lo trasladamos a las familias. Entendemos el dolor, la frustración”, ha sentenciado el delegado del Gobierno en Galicia, dando así por finalizado el rescate.
Lamento de los allegados
Las familias de los fallecidos han lamentado “la actitud negativa del Gobierno” y han insistido en que continuarán pidiendo que se envíe un robot al barco para poder dar un análisis más detallado de cuál en la situación. “En realidad lo que nos han dicho es que no iban a hacer absolutamente nada”, ha lamentado Kevin González, hijo de uno de los marineros desaparecidos. “Para el Gobierno acceder al buque es imposible o prácticamente imposible, y otras vías que se valoraron, como el reflote del barco tampoco son viables, pero no vamos a perder la esperanza de conseguirlo”, añadió.
“Estamos absolutamente defraudados y decepcionados porque el compromiso que adquirió el presidente Sánchez no era esto, sino bajar al barco y, si fuese posible, recuperar los cuerpos, así como también grabar todo lo que fuese necesario para intentar esclarecer la desgracia acaecida en el siniestro”, recordó la portavoz de las familias, María José de Pazo, hija del jefe de máquinas del Villa de Pitanxo.
La portavoz ha lamentado que se haya adoptado la medida sin informes previos: “Los argumentos que se aducen, sin ningún tipo de informe previo, de que es técnicamente imposible bajar al barco es una gran mentira”. “Hemos consultado a diversas empresas especializadas y nos han dicho que se puede bajar a una profundidad de hasta 10.000 metros, entonces que no digan que no se puede acceder al barco”, ha rebatido en este sentido.
María José de Pazo ha insistido en la falta de voluntad del Gobierno. “Esta es la única verdad, además de incumplir el compromiso con una mentira que no solo nos afecta a nosotros, porque hay que decir claramente que mañana puede ocurrir otra desgracia como esta y el Gobierno español dejará tirados a los familiares como a nosotros”, ha añadido la portavoz.
La búsqueda de los desaparecidos fue el caballo de batalla de las familias con el Gobierno para que este presionase a las autoridades canadienses para que reanudasen los trabajos de rescate que se desplegaron durante las 48 horas posteriores al naufragio, pero las gestiones diplomáticas no cuajaron.
Al no haber rastro de más víctimas, ya que solo fueron rescatados nueve cuerpos, los familiares han reivindicado que se bajara al barco, la única salida que entendían quedaba. Ahora no solo se trata de recuperar los cuerpos que supuestamente puedan estar en el interior del pesquero, sino de hacer una prospección pericial para poder determinar las causas del accidente ante las declaraciones contradictorias de los tres únicos supervivientes.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional se opuso a que este órgano judicial asuma la investigación sobre el accidente del pesquero. Según el dictamen del ministerio público conocido el miércoles, la Audiencia Nacional no es competente para asumir estas pesquisas al concluir que ocurrieron “dentro de territorio español” y al considerar como tal todo buque que navegue bajo bandera de España.
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