El Gobierno rebaja al 6,5% la previsión de crecimiento para 2021 por el débil arranque del año

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa de este viernes.
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa de este viernes.Ministerio de Economía

El Gobierno español resta pujanza a sus cálculos sobre la recuperación de la economía para este año. La vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, ha rebajado este viernes la previsión de crecimiento del PIB español al 6,5%, y la aumenta en 2022 hasta el 7%. La cifra de este año supone dar un importante paso atrás, de más de tres puntos, en el optimismo desplegado por el Ejecutivo desde hace seis meses, cuando proyectó un alza del 9,8% impulsada por las ayudas europeas. Durante la presentación del nuevo escenario macroeconómico, Calviño ha admitido que los primeros tres meses han provocado un replanteamiento del conjunto del ejercicio. “La recuperación se ha ralentizado en este inicio de 2021, con un primer trimestre por debajo de lo que esperábamos en octubre”. Pese al traspiés, la vicepresidenta mantiene que no se pierde crecimiento, solo se retrasa, y reitera que la economía recuperará el PIB precrisis a finales de 2022.

La realidad ha dejado obsoletas las expectativas del Gobierno —consideradas por los analistas como excesivamente optimistas— sobre las que se apoyan los Presupuestos. Ni la actividad ha arrancado el año como se esperaba, ni las subvenciones comunitarias van a poder ejecutarse a la velocidad que intuía Moncloa, que si antes otorgaba un potencial de 2,6 puntos de crecimiento al maná llegado de Bruselas, ahora lo rebaja a un 2% de media entre 2021 y 2022, sin concretar cada año. Aunque los datos de empleo de marzo fueron positivos, y el Ejecutivo ha mejorado las perspectivas de paro desde una tasa del 16,3% al 15,2% a cierre de este año, las restricciones por la tercera ola hicieron mucho daño en los dos primeros meses. Como ha explicado la ministra de Economía, los repuntes de la enfermedad tras la Navidad, agravados por la parálisis en el consumo derivada del temporal Filomena, perceptible en el dato de gasto con tarjeta de crédito, han tirado por tierra la idea de que el año nuevo sea también tiempo de vida nueva en lo económico. Lejos de producirse la anhelada ruptura, el aroma a 2020 también impregnó febrero. Ese mes, el avance de la afiliación en la Seguridad Social fue el menor de los últimos ocho años, lo que terminó de convencer al Gobierno de que sus predicciones habían quedado desfasadas.

Retraso en la ayuda

Otro flanco que no está funcionando como estaba previsto es el de las ayudas europeas. El Gobierno insiste en que al haber adelantado vía deuda unos 27.000 millones en los Presupuestos de 2021, no necesita los desembolsos de Bruselas con urgencia, pero entidades como el Banco de España vaticinan retrasos a la hora de gastar los fondos, con lo que parte de su beneficio se trasladará al año siguiente. Y este viernes, Calviño ha confirmado esa tesis: mantiene el mismo impacto favorable de los fondos europeos, pero aplaza a 2022 inversiones que antes se daban por hechas este año. El tercer gran factor negativo es externo: Calviño ha recordado que la tercera ola ha sido intensa en algunos de los principales socios comerciales de España, con cierres en general más agresivos, lo que ha dañado las exportaciones.

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La revisión reduce la brecha entre las perspectivas del Ejecutivo y las de los grandes organismos económicos nacionales e internacionales. El Banco de España rebajó hace dos semanas y media la previsión de crecimiento de la economía hasta el 6%, la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) hizo lo propio este mismo jueves al calcular un avance del PIB del 6,6% frente al 8,2% del escenario central estimado el pasado otoño. Ni el Fondo Monetario Internacional (6,4%), ni la OCDE (5,7%), ni Bruselas (5,6%) estaban siquiera remotamente cerca de los números del Gobierno para 2021, un desequilibrio ahora corregido, si bien persisten grandes divergencias respecto a 2022: el 7% de mejora que aguarda el Gobierno supera ampliamente el 5,3% de la Comisión Europea o el 4,7% del FMI.

Para Ángel Talavera, economista jefe para Europa de Oxford Economics, la revisión a la baja acometida por Calviño estaba cantada. “Las previsiones del gobierno estaban desde hace mucho tiempo muy por encima del resto y era obvio que tendrían que ser revisadas a la baja dado que el primer trimestre ha resultado mucho peor de lo que se esperaba hace unos meses. Básicamente, las nuevas proyecciones reflejan que la recuperación esperada ha sido pospuesta uno o dos trimestres por la última ola de la pandemia”, explica.

Los primeros datos oficiales sobre el comportamiento de la economía española en el primer trimestre se conocerán el 30 de abril. El Gobierno confía ahora en que la mejora de marzo sirva para ganar inercia hacia un segundo trimestre de transición que siente las bases de una potente recuperación en la segunda mitad del año gracias a la campaña de vacunación, con la temporada turística de verano como uno de los momentos clave para conocer la magnitud del despegue. El Gobierno ha elaborado sus previsiones bajo la premisa de que este año la llegada de turistas internacionales estará ligeramente por debajo de la mitad de la registrada en 2019, —el año pasado el desplome fue del 77%— con lo que cualquier sorpresa, positiva o negativa, puede alterar los números para bien o para mal.

En vídeo, Nadia Calviño rebaja al 6,5% la previsión de crecimiento para 2021 por el débil arranque del año.

Calviño fía a cuatro factores que las previsiones del Gobierno se cumplan: una campaña de vacunación sin sobresaltos que llegue al 70% de población inmunizada a finales de agosto; el mantenimiento de la estabilidad financiera global en los mercados, especialmente en los socios europeos, apoyada en los estímulos fiscales de los Gobiernos y monetarios de los bancos centrales; la efectividad de las ayudas directas para salvar el tejido productivo, y la puesta en marcha del plan de recuperación europeo. Si hay curvas en alguno de esos puntos, los riesgos a la baja se multiplicarán, y la recuperación seguirá acumulando retraso, así como el desembalse del ahorro que no se ha dedicado a consumo. Desde el Gobierno, por ahora, lo creen poco probable: califican de “conservadoras” sus previsiones sobre la vacunación, y confían en que la conjunción de las ayudas europeas y el cuantioso estímulo lanzado por Joe Biden en EE UU, de 1,9 billones de dólares, contribuya a crear un círculo virtuoso que beneficie a las exportaciones.


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