El Atlético de Madrid se mide este sábado ante el Athletic de Bilbao en el Wanda Metropolitano (21.00 horas). Un partidazo en toda regla ante un equipo como el vasco, que en los últimos años no ha tenido buenos resultados cuando se midió a los colchoneros en la capital de España.
Apenas ha sido capaz el conjunto bilbaíno de lograr un empate en ocho años seguidos con siete derrotas en ese balance. La última, muy dolorosa, la temporada pasada, cuando, tras adelantarse dos veces, cayó por 3-2 ya cuando parecía el choque terminado.
Diego Simeone, entrenador del Atlético de Madrid, siempre ha defendido que el Wanda Metropolitano iría construyendo su propia historia de noches inolvidables. Y esa del Athletic lo fue, una de las mejores que ha vivido el nuevo estadio colchonero.
Aquella noche lo tuvo todo, drama, tragedia, suspense, épica… El partido se puso muy cuesta arriba con un tanto inicial de Iñaki
Williams y la sensación de que al Atlético no le daba para poder resolver la situación.
En esas que apareció Thomas con uno de los goles de la temporada, un cañonazo marca de la casa que se coló como un obús en la portería. En ese trance parecía que el equipo de Simeone estaba cerca de darle la vuelta a la situación, pero Iñaki Williams, de nuevo, se la volvía a liar al equipo colchonero y marcaba el 1-2 que parecía inamovible.
Y diez minutos finales de locura. El Atlético empataba en el 80’, con un cabezazo de Rodrigo. Y la apoteosis. En el tiempo añadido, Godín, que minutos antes se había lesionado de cierta gravedad (estuvo varias semanas fuera a raíz de eso) y apenas podía andar, lograba ‘el gol del cojo’, con suspense… El VAR tenía que revisar la jugada y finalmente la concedía. El estadio estallaba en un alegría como pocas veces se había visto en el Metropolitano.
“Me quedo con el esfuerzo, con el ambiente. Es fantástico. Este estadio es tremendo. En el final del partido, para meterle más emoción, nos metimos en el VAR para que nos dé esta vez a favor nuestro, que nos da una victoria para mí de las más emocionantes en el Wanda
Metropolitano, seguro. Sentí una gran emoción con el gol de Godín. En el momento que se lesiona, el primero gesto era salir. Después, veo la intención de querer quedarse y es difícil marcar a uno que está parado. ¿Qué haces? ¿Marcarle o no? ¿Le dejas solo? No. Lo tienes que marcar por más que esté lesionado. Esto es así. Allá en el 70, en el 80, muchos entrenadores lo habían hecho y hay que veces como hoy que genera la perfección”, relataba Simeone.
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