Ver para creer. Resulta que el gol que metió a la Real en la Europa League no fue de Adnan
Januzaj. Al menos, desde la óptica oficial. El acta del partido contra el Atlético de Madrid indica que el 1-1 de la Real en el minuto 87 fue obra de Héctor
Herrera en propia puerta. Un matiz imperceptible para todo el mundo salvo el árbitro de la contienda, Pablo
González
Fuertes, encargado de redactar en el acta este sorprendente detalle.
La adjudicación de los goles corresponde a la interpretación personal del árbitro, según el reglamento. El asturiano que impartió justicia en el Metropolitano hizo uso de su poder con dudoso acierto. Se entiende que el árbitro del colegio asturiano vio un contacto decisivo de la bota de Herrera con un balón que impactó con nitidez en Oblak antes de besar las mallas. El jugador del Atlético de Madrid es uno de los que se entrometió en el camino entre la falta de Januzaj y el portero eslovaco. De ahí a que sea el autor involuntario del gol existe un trecho que el colegiado fue incapaz de detectar.
Januzaj celebró por todo lo alto el magnífico libre directo que resolvió el pase a Europa y seguramente pasará a los anales como el máximo responsable de un tanto que valió su peso en oro, pero a efectos neutrales, basados en los estatutos del partido, el zurdazo no subió a su casillero particular.
Protagonista en el tramo final
La redacción del acta deja a Adnan
Januzaj con tres goles en Liga y cuatro en la Copa del Rey, contra Becerril y Ceuta, para un cociente de siete en toda la temporada. González
Fuertes no es el único árbitro que se ha entrometido en la relación del belga con la gloria individual.
El extremo internacional fabricó un misil para empatar el partido que la Real jugó contra el Real Madrid en la 30ª jornada. Hasta que Estrada
Fernández, colegiado de la contienda, anuló el gol a instancias del VAR por un inexistente fuera de juego posicional de Mikel
Merino. Como si el departamento arbitral estuviera en contra de Januzaj.
No son los dos únicos goles que ha firmado el de Bruselas en el tramo final del campeonato. Hizo un golazo contra el Valencia (3-0) y otro decisivo ante el Valladolid (1-0) en febrero, cuando la Real enlazó seis victorias en una fase espectacular de la temporada. Tras el confinamiento, ha vivido de todo. El gol en Getafe fue suyo, se erigió en uno de los argumentos ofensivos en los momentos más delicados, se lesionó, quiso jugar sin entrenar, Imanol le rescató para la jornada final y decidió con una jugada personal y un gol de falta. Aunque no se lo dieran.
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