El mundo del fútbol está trufado de casos truculentos y descorazonadores que dejan entre ver los peligros que acechan a los futbolistas que comienzan sus carreras. Es un poco lo que le ha sucedido a Santiago Arias, futbolista del
Atlético de Madrid
, ahora cedido en el Bayer Leverkusen.
El internacional colombiano se recupera ahora mismo de la grave lesión que sufrió al principio de temporada, que le ha tenido en blanco toda la campaña. Pero mientras se esfuerza en volver a ponerse a todo y competir, ha recibido una gratísima noticia para él.
El futbolista ha esquivado una ‘bala legal’ que podría haberle supuesto un claro perjuicio para su carrera y su futuro. El jugador colchonero ha ganado un juicio que le traía por la calle de la amargura
Arias ganó una demanda que tenía en su contra, interpuesta por su antiguo agente, Arieh
Guberek, por supuesto incumplimiento de contrato. El futbolista firmó, cuando tenía 18 años, un contrato leonino por el que el tal Guberek le exigía el 50% de todo lo que ganase en su carrera.
De tal modo, el agente demandó al futbolista y le exigía la mitad de todos sus contratos de los últimos ocho años, según informó Noticias Caracol. El juez resolvió negar dichas solicitudes y ahora el exempresario tendrá que restituir al defensa con la suma de 250.00 euros. El juzgado 41 civil de Bogotá declaró nulo el contrato, al ser abusivo, además de sentar base respecto a que sólo los deportistas profesionales pueden ser poseedores de derechos.
La exigencia de Guberek era de tres millones de euros por el 50 % de sus salarios desde 2011; además de las primas de fichaje por firmar por el PSV Eindhoven y el Atlético de Madrid. Asimismo, también la mitad del dinero ganado con su participación en dos Copas del Mundo y tres Copas América, amén de sus derechos de imagen desde 2014 hasta 2019, así como el resto de contratos firmados por el jugador desde el 2014 que no hubiesen sido públicos.
Hablamos de un agente que estuvo en la conocida como ‘lista
Clinton’, una relación de personas investigadas por la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos, como parte de una serie de medidas en la guerra contra las drogas y el lavado de activos. En su caso, fue investigado por su participación en varias empresas textiles.
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