Cataluña quiere adelantarse al virus. Pese a que nueve autonomías (incluidas Ceuta y Melilla) presentan mayor incidencia de la covid, el incremento de casos de las últimas semanas ha llevado al Ejecutivo catalán a preparar un paquete de restricciones más drásticas que están previstas para publicarse entre este martes y el jueves. El president en funciones, Pere Aragonès, aseguró el lunes en una visita al laboratorio del hospital Germans Trias i Pujol, en Badalona, que vendrán “días difíciles” y aceptó que se está trabajando a nivel sectorial y con otros departamentos para poner en marcha las nuevas medidas. De momento, explican fuentes del departamento de Salud, se descarta un cierre perimetral o pedir al Gobierno la aplicación del estado de alarma.
No en vano, los datos de Cataluña están todavía muy lejos de los umbrales marcados por el Ministerio de Sanidad para imponer limitaciones de movimientos. La incidencia acumulada en los últimos 14 días es de 262 positivos por 100.000 habitantes (el Gobierno exige el confinamiento a partir de 500); una positividad del 8,2% (el umbral es del 10% y la media española del 10,4%) y el 16,8% de sus camas están ocupadas por pacientes de coronavirus (menos de la mitad del 35% en el que pone el límite el departamento de Salvador Illa).
El presidente en funciones, Pere Aragonès, en la reunión del Ejecutivo junto a los consejeros. En vídeo, Aragonès anuncia que se barajan nuevas medidas.
Lo que preocupa es la tendencia. Este fin de semana Cataluña ha notificado más casos que Madrid, pese a que la incidencia es aún la mitad. Josep Maria Argimon, secretario de Salut Pública, advirtió el domingo de que si no se actúa se llegarían a los niveles de la capital en dos o tres semanas. La tasa de rebrote, que mide la velocidad de propagación de la enfermedad y la incidencia acumulada de los últimos 14 días, llegó el domingo a 311 según los datos de Salud. Son 21 puntos más que la cifra ofrecida el pasado sábado y cuando se supera el lindar de 100 ya se considera alto. En las UCI catalanas hay ingresados 151 pacientes (15 más que el domingo), aún muy lejos de una situación de estrés.
Está situación llevó a Aragonès a pedir “sacrificar actividad social para garantizar la salud de las personas en las próximas semanas”. El president, que compareció este lunes junto a la titular de Sanidad, Alba Vergès, pidió limitar al máximo las comidas con amigos, escapadas de fin de semana o encuentros deportivos e insistió en la necesidad de las medidas de alejamiento físico. El Ejecutivo catalán busca adelantarse aún a sabiendas de que algunas de las medidas no serán bien recibidas, como ya ocurrió con las restricciones tras el fin del confinamiento, con unos umbrales más acorde a las recomendaciones internacionales de limitación de actividad que los que se han aplicado en comunidades como Madrid.
La Generalitat baraja restringir algunas actividades económicas para evitar el avance del virus. Aunque un confinamiento perimetral de Cataluña no está, por el momento, sobre la mesa, determinadas zonas siguen estando en la recámara, como ya sucedió con la comarca del Segrià en el verano. Varios miembros del Govern se reunieron el lunes con los máximos representantes de CC OO, UGT, Pimec y Fomento del Trabajo para intentar afinar el alcance de las medidas, que se pactarán sector a sector.
El Ejecutivo catalán, el pasado sábado, ya había hecho un llamamiento para que los ciudadanos que pudieran teletrabajar durante las próximas dos semanas lo hicieran y se evitaran desplazamientos innecesarios. Las 12 universidades de la comunidad anunciaron este lunes un acuerdo con la Generalitat para reducir la actividad presencial durante 15 días. En principio, la decisión no afecta ni a las prácticas ni a la investigación, informa Ivanna Vallespín. La medida, sin embargo, aún tiene que ser aprobada por el Procicat (el organismo que gestiona la pandemia en Cataluña) y publicada en el Diario Oficial de la Generalitat (DOGC). Aragonès aseguró que no hay que esperar a la publicación para asumir que hay que cambiar de hábitos e insistió en la importancia del compromiso cívico para derrotar la pandemia.
A la espera del paquete de medidas para toda Cataluña, el Procicat sí ordenó el lunes rebajar los aforos en la hostelería, actos religiosos y actividades deportivas y culturales en 15 municipios de la comarca del Vallès Occidental, incluidas dos de las cinco ciudades más pobladas de Cataluña: Terrassa y Sabadell. Desde este martes, unos 800.000 vecinos verán reducido el horario de servicio de bares y restaurantes, que cerrarán muy tarde a la una de la madrugada, como ya pasa en otros sitios de Cataluña, incluida su capital. Las medidas quedan todavía lejos de las de Madrid y Navarra, donde el cierre está decretado a las 22.00.
La Generalitat, sin competencias para decretar un confinamiento similar al de la pasada primavera, “pide” a los vecinos del Vallès que se queden en casa el mayor tiempo posible. En el comercio, según el Procicat, se limita el aforo máximo al equivalente de 2,5 metros cuadrados por persona.
Vergès aprovechó su visita al hospital badalonés para presentar una nueva técnica que aumentará la capacidad de diagnóstico con las pruebas PCR y se aplicará en cuatro centros catalanes. Mediante el pooling, explicó la titular de Sanidad, se agruparán en una sola analítica muestras de ocho pacientes diferentes. “Esto permite hacer cribados poblacionales a muchas más personas con menos reactivos y laboratorios”, explicó.
Esta técnica se usará en zonas con baja prevalencia y donde se espera que no haya muchos positivos. En el caso de que haya un positivo, se realizan las pruebas individuales a cada una de las muestras. Además del Germans Trias i Pujol, estará disponible en el Vall d’Hebron, Bellvitge y el Banco de Sangre de Barcelona.
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