Niki Lauda tenía un vínculo especial con el Gran Premio de España, que en el Jarama logró su primera victoria como piloto de la F1 y en la pista madrileña se empezó a construir su leyenda. El piloto austríaco llegó a disputar hasta en seis ocasiones el GP de España en el Jarama, de las que sólo acabó dos.
La primera fue precisamente la de su victoria. Niki, que venía de hacer la pole, fue el mejor un lejano ya 28 de abril con su Ferrari, por delante de Clay Regazzoni (Ferrari), a 35” y Emerson Fitipaldi (McLaren-Ford), segundo y tercero respectivamente. Al año siguiente se retiró por accidente en la victoria de Jochen Mass (McLaren-Ford), para ser 2º en 1976 tras uno de sus grandes rivales James Hunt. Posteriormente, en 1977, 1978 y 1979 se acabaría retirando.
La crónica de MD del 29 de abril de 1974, firmada por José María Casanovas, destacaba que la figura del austríaco Jochen Rindt, que perdiera la vida en Monza en 1970, “ya tiene sucesor en la persona de Niki Lauda, que a sus 24 años ha dejado de ser una promesa para situarse en el camino de los grandes campeones”.
De su pilotaje se destacaba que “era veloz y seguro, sabe arriesgar cuando hace falta y corre con una inteligencia poco común para su edad. Todo un campeón del mundo en potencia”.
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