Los genios tienen a veces esa especie de falla grotesca que les convierte en terrenales. Defectos tan extravagantes que, por otra parte, les otorga ese sentimiento de genios incomprendidos, condición tan inherente a los fenómenos y que da idea de la tan peculiar dimensión en la que viven, capaces de hacer fácil todo lo difícil pero de que conviertan en complicado lo extremadamente sencillo.
No lo es, para nada, para Leo Messi y LeBron James, reiterativos en sus virguerías y dominantes del juego en todas sus vertientes y a lo largo de 20 años pero con una mala relación con los penaltis y los tiros libres. Quizá es por el silencio, por la pausa, acostumbrados al ruido y a la marcha, a resolver con su superdotado entendimiento el desfile de acontecimientos que les propone el juego.
En el altar más que nunca para sus fieles y los devotos de sus deportes por la magnitud de lo que acaban de hacer, Messi registra un 80% desde los 11 metros en su carrera y un 73,5% LeBron que envidia el porcentaje del argentino, pues ‘The King’ dijo allá por 2017 que se proponía alcanzar el 80% desde el 4,60 una temporada, de lo poco que se le resiste.
Tienen mucho en común el argentino y el estadounidense, coincidiendo para empezar en su conquista de les logros que se les exigía para esta temporada con el Mundial y el récord de Abdul-Jabbar respectivamente pero hasta en la mejora de su relación con su mismo defecto en el momento justo.
El exazulgrana desoyó lo de su relativa torpeza en los penaltis cuando más le podía acosar la presión, fallando una pena máxima contra Polonia en el partido que clasificó Argentina para octavos pero convirtiendo los lanzamientos de las tandas de penaltis contra Países Bajos en cuartos y Francia en la final, además del de Croacia en semifinales dentro de los 90 minutos reglamentarios. El porcentaje de acierto de Leo en Catar fue exactamente el mismo que el de su carrera, un 80%, algo insignificante, pues espantó su maldición en el momento preciso. Borrados quedaban los malos recuerdos desde los 11 metros, especialmente el lanzamiento fallado en la final de la Copa América de 2016 en esa época en la que Argentina sólo hacía que perder finales.
Por su parte, y aunque siga siendo bajo, LeBron registra esta temporada su mejor porcentaje en tiros libres de los últimos 10 años con un 76,4%, lo que le ha servido para acelerar hacia la plusmarca de anotación de 40 años de Kareem Abdul-Jabbar, sumando ahora 38.390 puntos. Su campaña de mayor eficiencia fue la 08-09 con los Cavaliers con un 78%, mientras que su peor la 18-19 con los Lakers con un 67,4%.
“Apesto en los tiros libres, soy basura”
La comparación con Messi del mejor y peor registro de temporada -a nivel de clubes-, es más complicada, pues en el fútbol se lanzan muchos menos penaltis que tiros libres en el baloncesto. El ‘10’ ha tenido ejercicios del 100% como el 15/16 con un 4/4 y el 17/18 con un 3/3 -también del 0% con dos penaltis fallados de dos la temporada 08/09- de acuerdo a datos de Transfermarkt. Pero si se consideran las campañas con más intentos y la proporción, su mejor campaña fue la 11/12 con un 82% (14/3) y, la peor, la 14/15 con un 57%. En 2012, el año del primer anillo de ‘Bron’, fue cuando se conocieron personalmente ambos mitos, cuando ‘The King’ visitó la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
En el caso de Messi, su Mundial le ha encumbrado definitivamente a la cima de la historia, en posesión ya del único título de Maradona al que no había accedido el de Rosario y atenuando la nostalgia de una Argentina que se había quedado atrapada en aquel Mundial de México de 1986.
El propio LeBron se rindió a Messi como el mejor de todos los tiempos citando su nombre al lado del emoji de ‘The GOAT’ en Twitter cuando el ex azulgrana se alzó al cielo del fútbol junto a la Copa Mundial. En el caso del astro de los Lakers, su reciente récord ha intensificado el debate sobre quién es el mejor de siempre, para algunos intocable Michael Jordan para otros merecedor LeBron de ese status sosteniendo, sobre todo, que es el jugador más completo jamás visto.
Y he aquí el secreto, el don que les permite gobernar y hacer cuanto quieren y cómo y cuando quieren, el que les ha permitido ser genios precoces pero también longevos, 38 años LeBron y camino de los 36 Messi, el que les permitirá jugar casi hasta que lo deseen: saben hacer de todo. Es difícil encasillar tanto al astro de los Lakers como el del PSG en una misma posición. Hacerlo, sería no entender -e incluso infravalorar-, la dimensión de su juego. Actúan acorde con lo que necesitan sus equipos, según también las debilidades del contrario, pueden llenar el vacío del compañero que sea.
En un dato tan revelador como definitorio de su polivalencia única, tanto el uno como el otro han sido capaces de ser los mejores tanto en la producción como en el servicio, máximo anotador LeBron de la NBA (2008) y máximo goleador Messi en Europa con 6 Botas de Oro (2010, 2012, 2013, 2017, 2018 y 2019), máximo asistente el ‘Rey’ de la mejor liga del mundo en 2020, máximo asistente de la Champions en 2015 un Leo que ya es también el jugador que más ha influido en goles en la historia de los Mundiales con un total de 21 -13 goles y 8 asistencias-, superando a Pelé, Gerd Müller, Ronaldo Nazario y Miroslav Klose, todos ellos con 19.
Y su nivel intelectual del juego es tal, que el poder de su mente lo mueve todo, capaces de controlar todo andando. De hecho, en mayo de 2018, salió a la luz un dato de Second Spectrum muy significativo que estrechaba aún más la conexión entre Messi y LeBron en cuanto a esa manera de ‘mandar con la mirada’: si el argentino se pasó andando el 83% del Clásico de aquel mes (2-2), el estadounidense se ‘paseó’ durante el 78,7% de los playoffs con los Cavaliers. Es decir, que cuando más se presupone que tienen que dar el máximo, hasta lo pueden dar con el ‘mínimo’.
Otra similitud es el palmarés de los títulos que más importan a nivel de equipos, con 4 anillos LeBron James (2012, 2013, 2016 y 2020), con también 4 Champions Leo Messi (2006, 2009, 2011 y 2015), con la similitud también de que ambos lograron cuatro entorchados en menos de 10 años y de que buscan con deseo el quinto como han hecho saber de una manera más o menos explícita. Messi, en cambio, tiene más Balones de Oro con 7 que MVP LeBron, con 4, aunque ambos coincidieron recibiendo la distinción de mejores del mundo en 2009, 2012 y 2013.
Pero conocido también de sobras es que no miran los premios individuales sino los colectivos, conscientes de que eso es lo que define a los mitos. Ambos coincidieron también en el año de su debut -2003, aunque Messi no haría el debut oficial hasta un año más tarde-, y no se adivina su final, con los penaltis y los tiros libres como única imperfección en su absoluta perfección. Algún defecto tenían que tener, aunque sea lo más fácil de hacer, lo que tan difícil para los demás es comprender. Al fin y al cabo, es lo que tienen los genios, que sólo se entienden entre ellos.