El Granada sigue soñando por méritos propios

Nueva victoria del Granada, esta vez en casa, que afianza más si cabe su gran inicio de temporada en el que suma ya cinco victorias en nueve partidos. Los de Diego Martínez, que ganaron más por oficio que por merecimiento ante Osasuna, se colocan segundos con 17 puntos, a uno del Real
Madrid que tendrá que defender el liderato este sábado ante el Mallorca.

El partido con el que regresaba LaLiga tras el parón fue más bien rácano en cuanto a ocasiones. De hecho, poco o nada hubo que llevarse a la boca en Los Cármenes hasta cumplida la media hora. Tanto Osasuna como Granada plantearon un partido con jugadores de calidad como Vadillo o de garra como el Chimy Ávila pero ninguno mostró sus bazas en los primeros compases. El arranque estuvo plagado de imprecisiones evidenciando que ninguno saltó al césped decido a dominar.

Fue entonces cuando Osasuna, que venía acumulando más poder en el centro del campo a través de posesiones más largas, tuvo la primera ocasión clara para romper el marcador. Sin embargo, Brandon primero y Brasanac después dejaron pasar la oportunidad frenados también por un buen Rui Silva que, con los pies, envió a el disparo a córner.

A partir de ahí, el partido tomó un camino marcado por los visitantes que seguían acumulando presencia y llegada a campo rival. Roberto
Torres tuvo otra de cabeza que Yangel
Herrera taponó y mientras el Granada esperaba acontecimientos. Y los acontecimientos llegaron. Vadillo, con una falta lateral producto de una jugada aislada, puso el balón dentro del área, donde duele, y Duarte, en boca de gol, peinó levemente el cuero para hacer el primer gol de partido en el 38’. Sin casi merecerlo, el Granada ya estaba por delante justo antes del descanso.

La segunda parte fue otro partido

Pasados por vestuarios, tanto Granada como Osasuna mostraron una cara más alegre, más atrevida, que llevó a ambos a quedarse cerca del gol por varias veces y a cada cual más clara. Primero fue el cuadro nazarí, comandado por un gran Vadillo que trazó una jugada por banda, se la ‘regaló’ a Carlos Fernández y este no acertó a poner el pie para empujar el balón a la red. Nadie se lo creía.

Acto seguido, Roberto Torres quiso firmar el gol de la jornada desde el centro del campo pero Rui Silva, ayudado por el larguero, se empeñó en evitarlo palmeando el balón.

Los dos entrenadores movieron sus pizarras, sus banquillos y el partido entró en una fase más controlada por el Granada. La entrada de Ramón
Azeez dio más consistencia al centro del campo andaluz que mantuvo a raya las tímidas acometidas de Osasuna.

Así, pasaron los minutos y el cuadro local demostró de todo menos la inexperiencia de un recién ascendido. Durmió el partido hasta tal punto que no sufrió por el marcador. De hecho, terminó el partido con uno más por la expulsión Fran Mérida y se limitó a esperar el pitido final. Un final que invitó al Granada a seguir soñando una jornada más por méritos propios.