El Granada vuelve a penar al final y pierde ante el Celta con un gol en el minuto 94


Sin victorias y bajo la lupa de un sector de la afición en un proceso de transición que se antoja complicado, Robert Moreno se tapó este lunes en Balaídos para aliviarse con un empate a la espera de tiempos mejores. Y encontró la derrota (1-0), una vez más, cuando llegaba a la meta. Cruel porque el Granada acababa de tener la victoria en las botas de Soro y Suárez, pero tampoco excesivo si se considera que el equipo el exseleccionador apenas se dedicó a restar.

Más información

No sólo se puso un gabán Moreno para observar el partido desde la banda sino que se tapó futbolísticamente en torno a dos líneas de cuatro hombres para perseguir al Celta, que se quedó con la pelota, pero tardó en darle candela a su glacial despliegue. Una vez más, durante bastantes minutos, le faltó profundidad y audacia para romper líneas. A Coudet le preocupa esa deriva del equipo, que empieza a parecer previsible, por más que algunos movimientos en el once llamen la atención. Por segunda jornada consecutiva el técnico dejó a Denis Suárez en el banquillo, uno de los que suele prender la luz. Al inicio de la segunda parte ya estaba en el campo. Luego marcó el gol de la victoria.

El partido necesitaba otra mirada, la de un titularísimo que venía de conocer el banquillo, porque el Granada ya semejaba cómodo y dispuesto a esperar su momento, un error local, un acierto propio para llenar un poco más el depósito de la fe. Casi lo encontró al final, en su segunda incursión con peligro del partido, después de que Hugo Mallo se confiase en una acción defensiva y dejase también a Soro ante Dituro, que tapó portería para evitar el gol mediada la primera parte. Por sus propias precauciones o la incapacidad para transitar, el Granada estuvo capado en ataque.

Pudo cambiar todo antes del epílogo con un centro al área que parecía inocuo y en el que el árbitro interpretó un empujón de Duarte a Santi Mina. Robert Moreno, vio la jugada en una tablet y se desesperó pidiendo que entrase el VAR, pero lo único que se llevó fue una tarjeta amarilla. Aspas falló el penalti porque Maximiano, maltrecho tras chocar con Duarte y a la postre sustituidos ambos, volvió a evidenciar que es un portero a tener en cuenta.

Todo acabó trabado, con constantes interrupciones y una prolongación de siete minutos que pareció escueta y desató la protesta de la grada. Al final hubo tiempo para todo, para que pudiese ganar el Granada y para que al final, como así sucedió, perdiese. Ya se ha dejado siete puntos en los finales de partido en lo que va de Liga.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.




Source link