Pocos enigmas resisten impenetrables el paso del tiempo, ni siquiera los que tienen como escenario Corea del Norte, uno de los territorios más herméticos y misteriosos del mundo. El del asesinato de Kim Jong-nam en el aeropuerto de Kuala Lumpur en febrero de 2017 ha quedado en parte descifrado este martes, después de que el Wall Street Journal informara de que el hermano de padre del líder norcoreano ejercía como informante para la CIA, centro de inteligencia estadounidense.
Esta revelación proviene de una fuente anónima, “una persona con conocimiento en la materia”, quien en declaraciones al medio norteamericano asegura que “había un vínculo” entre Kim y la CIA. El fallecido se había reunido con agentes del centro en repetidas ocasiones, la última de ellas en Malasia, días antes de su muerte.
Esta información coincide con los testimonios policiales recogidos durante el juicio a las dos mujeres investigadas –puestas en libertad en marzo y mayo de este año, respectivamente–, en el que se dijo que Kim pasó varios días en un complejo hotelero en la isla de Langkawi, donde se entrevistó con un hombre coreano-americano de identidad desconocida. Este encuentro fue mencionado también en un artículo publicado por el diario japonés Asahi Shimbum en mayo de 2017, tres meses después del estallido del caso, en el que se hablaba de esta misma persona, un varón de mediana edad, con residencia en Bangkok y de quien las autoridades malayas sospechaban que se trataba de un espía estadounidense al servicio de la CIA.
Una tercera fuente confirma que Kim Jong-nam ejerció de confidente para el centro de inteligencia norteamericano: se trata de un libro titulado The Great Succesor –El gran sucesor, en inglés–, escrito por Anna Fifield, corresponsal jefe del Washington Post en China, y que verá la luz hoy martes.
A pesar de su apellido, ex funcionarios públicos estadounidenses consultados por The Washington Post dudan de que Kim pudiera ofrecer información muy valiosa al respecto del funcionamiento interno de Corea del Norte, a causa de los muchos años que llevaba viviendo fuera del país y su desarraigo. Estas mismas fuentes también dan por seguro que estuviera en contacto con agencias de otros países, en particular China. Macao, la región administrativa bajo control del gigante asiático, era uno de los lugares en los que el fallecido residía de manera habitual.
Al respecto de su relación con la CIA, otras especulaciones entre autoridades y analistas apuntan como factor clave al hecho de que Kim Jong-nam podría haberse propuesto como sucesor en el caso de que el liderazgo de su hermano estuviera en peligro. “La familia Kim basa parte de su legitimidad en el “linaje Paektu”, la idea de que el clan desciende de la montaña que es el hogar mítico del pueblo coreano”, señala Fifield hoy en una entrevista en The Japan Times con motivo del lanzamiento de su libro. “Por lo tanto, cualquier hombre de esta familia podría, teóricamente, reclamar sus derechos al trono y ser una amenaza para Kim Jong-un”.
Esta posibilidad cobra fuerza al tener en cuenta que, después del asesinato de Kim Jong-nam, su hijo Kim Han-sol –sobrino del actual líder norcoreano– y otros miembros de su familia fueron evacuados desde Macao por la organización disidente Cheollima Civil Defense. Desde entonces, Kim Han-sol está en paradero desconocido.
Kim Jong-nam, primer hijo varón de Kim Jong-il, máximo líder norcoreano hasta su muerte en 2011, fue considerado durante muchos años el favorito para sustituir a su padre. Llegó a ocupar altos cargos en el Ministerio de Seguridad Pública y el Comité de Informática e incluso participó en un viaje oficial a Shanghái en 2001. Ese mismo año fue detenido en el aeropuerto de Narita, Tokio, mientras viajaba con un pasaporte dominicano falso, lo que desencadenó su caída en desgracia en favor de su hermano Kim Jong-un.
Esta noticia pone de manifiesto, por otra parte, las dificultades que experimentan los servicios de inteligencia internacional a la hora de obtener información sobre Corea del Norte. La mayoría de las filtraciones proceden de desertores, aunque en muchos de los casos resulta poco precisa. En mayo de 2017 la CIA estableció un observatorio para integrar el trabajo de estudio del programa armamentístico y el desarrollo de armas nucleares en Corea del Norte. A esos misterios les llegará, también, su momento.
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