El pasado mes de agosto Kingsley
Coman le dio, con un cabezazo, la sexta Champions
League de su historia al Bayern
Múnich, que se situó tercero en la clasificación histórica de clubes que más veces han alzado la tan deseada ‘orejona’, empatado con el Liverpool y tan solo por detrás del Real
Madrid (13) y del AC
Milan (7).
El joven futbolista francés (24 años) fue el autor del único tanto en la final ante el París Saint-Germain (0-1), equipo del que Coman
es canterano y con el que disputó cuatro partidos entre 2013 y 2014.
Corría el minuto 59 de partido cuando el 25 veces internacional por Francia aprovechó una ‘banana’ perfecta de Joshua
Kimmich para batir a Keylor
Navas con un testarazo ante el que nada pudo hacer el ex guardameta costarricense del Real
Madrid.
A simple vista una acción sencilla y rutinaria para un futbolista, pero a la que Coman le tiene “miedo”, según ha confesado él mismo en una entrevista concedida a ‘Bild’: “Siempre me puede el miedo cuando remato de cabeza. Cierro los ojos, se puede ver en las fotos. Es algo instintivo, un reflejo natural… Mis compañeros no dejan de hacerme bromas al respecto”, explicó el atacante al diario alemán.
Cierro los ojos
Con miedo o sin él, la realidad es que Coman grabó su nombre con letras de oro en la historia del conjunto bávaro gracias a su testarazo en Lisboa: “El día antes del partido practicamos remates y no metí ni un solo cabezazo”, reveló el ex de la Juventus de
Turín.
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