El hombre que custodió los 4.317 votos que dieron el vuelco a Don Benito a medianoche: “Ha sido legal”

Qué noche. Don Benito y Villanueva de la Serena caminan ya juntas desde esta mañana como una única ciudad —de 63.000 habitantes y 710 kilómetros cuadrados de extensión— tras un conteo de infarto. Se vivieron horas frenéticas, de silencio, de continuas llamadas, de caras pálidas, incluso entre la propia delegada de Gobierno de Extremadura, Yolanda García, que correteaba de un lado para otro con el móvil pegado a la oreja en el centro de datos para la prensa. Había rostros de incredulidad entre los políticos presentes; otras caras, más positivas y sonrientes, pedían tiempo y calma. Se respiró mucha tensión. Cientos y cientos de mensajes de WhatsApp se cruzaron sin parar entre vecinos de ambos municipios. Decenas de miles siguieron el recuento a través de Canal Extremadura, de las redes sociales oficiales y hasta en el interior del mismísimo Ayuntamiento de Don Benito.

“¿Qué está pasando, por favor?”, se escuchaba en la sala de prensa. El silencio era rotundo. Había que verlo para creerlo. Hasta las doce y media (dos horas y media después de lo previsto) no se conocieron los resultados finales: sí a la fusión por un 90% de síes en Villanueva y un 66,2% en Don Benito, al límite, porque era necesario un 66% de apoyo en ambos territorios.

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La web local encargada por los dos municipios para seguir la consulta en directo falló en el momento más inoportuno. Si en Villanueva el resultado era un respaldo contundente al sí (nueve de cada diez villanovenses respaldaron la fusión), en Don Benito el conteo frenó en seco con un 62% de síes. Un hecho que levantó las sospechas de más de uno en ese momento y que aún colea en el ambiente, sobre todo entre los vecinos dombenitenses. “Tongo”. “Tufillo”. “Lo que iba a pasar”.

Fue tanto el runrún, que hasta el propio Ayuntamiento tuvo que emitir un comunicado pasadas las diez y media de la noche: “El Consistorio defiende la transparencia del proceso de escrutinio de la consulta popular […] el recuento de votos se está realizando sin el respaldo de la junta electoral, como suele ocurrir en las elecciones municipales y autonómicas. Se está haciendo por funcionarios municipales que de forma voluntaria están llevando a cabo una labor encomiable”. Pero, ¿qué estaba pasando ahí dentro?

El fallo informático, achacado por algunas fuentes municipales a la demanda masiva de consultas ciudadanas sobre el resultado, derivó en que fuese el propio alcalde de Don Benito, José Luis Quintana, quien anunciara los resultados oficiales de los votos emitidos a las 23.24 a través de su cuenta de Twitter: “Ha existido un problema informático para publicar los datos de la consulta popular. El recuento, sin las mesas del voto anticipado, resulta: 6.741 votos SÍ, 4.039 votos NO, 47 en blanco y 57 nulos”.

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Ha existido un problema informatico para publicar los datos de la Consulta Popular.
El recuento sin la mesas del voto anticipado, resulta 6.741 votos SI, 4.039 votos NO. 47 en Blanco y 57 nulos.

— José Luis Quintana (@J_L_Quintana) February 20, 2022

En porcentaje significaba que en ese momento no había fusión posible. Don Benito se negaba. Los que votaron el domingo habían hablado. Pero aún faltaba por contar el voto anticipado, el de los 4.315 vecinos que ejercieron su derecho a voto con anterioridad, entre el 2 y el 12 de febrero. Estas 4.315 papeletas eran claves. Hacían falta, al menos, 3.285 síes para dar el vuelco electoral y dar el visto bueno a la fusión. Se alcanzaron 3.287. Al límite.

¿Dónde han estado todos estos votos desde el pasado 12 de febrero? En una caja fuerte gris, similar a la de un frigorífico pequeño, y ubicada en un despacho de la primera planta del Ayuntamiento. El hombre encargado de custodiar y contar las urnas que han cambiado la historia para siempre de estos dos municipios tiene 59 años y se llama Luis Ángel Martín, secretario del Consistorio desde el 1 de enero de 1999. Esta mañana subía las escaleras del Ayuntamiento con unas ojeras de campeonato.

―Vaya noche…

―No, bueno, ha sido una de esas que te la pasas en blanco…

Dice que lo que más le dolió fue ver el rostro de los informáticos municipales, que se están llevando ahora todas las críticas. “Ellos dicen que el problema no es suyo. Me duelen los comentarios que están recibiendo. Nadie pone en duda ningún voto porque no se puede poner”. El voto anticipado ―y muestra un documento para confirmarlo, e incluso abre la caja fuerte con todas las urnas precintadas con las papeletas dentro― quedó de la siguiente manera: 3.287 síes, 987 noes, 31 en blanco y 10 nulos.

―Se demoró un poco el asunto…

—Eso se puede contar todas las veces que va a salir el resultado que salga.

Y explica: “Todo en la vida es según se interprete. Un 66,27% es un resultado enorme. La comparación hay que hacerla con unas elecciones normales. Y aquí los alcaldes decidieron poner el tope del 66%”.

Una imagen del recuento de votos de anoche en Don Benito.ROBERTO PALOMO

―¿Qué es un voto nulo?

―Es aquel sobre que no contiene papeletas, que está tachado completamente o que tiene comentarios inapropiados. Si hay cinco papeletas con un voto del sí, es un voto válido. Igual al revés.

―¿Por qué es válido?

―Porque la voluntad del votante está clara. El voto nulo es cuando la voluntad del votante no está clara. Si uno mete siete noes, está claro el no.

Y se explica de nuevo: “Aquí, ¿qué ha primado? Más que hacerlo rápido, el hacerlo bien”. Era un montante de 4.315 votos. Para que no hubiera ninguna duda a la hora del recuento, había representantes del Ayuntamiento, de la Delegación del Gobierno de Extremadura, de la Diputación Provincial de Badajoz y de la Junta de Extremadura. Unos ocho, según los presentes. Además de todos los vecinos que quisieran seguir el recuento en directo. “Ningún vecino pudo poner objeción porque cada papeleta se fue explicando”.

―¿No es mucho tiempo cuatro horas para 4.315 votos?

―Se puede poner a cuatro personas a contar o a 20. Nosotros estábamos cuatro para que hubiera menos problemas. Lo importante no era dar los datos pronto, sino ser escrupulosos.

―¿Os metisteis después en un cuarto?

―Una vez que acabó el recuento nos metimos en un cuarto yo y todos los miembros de la comisión de asistencia, los representantes del Ayuntamiento, de la Junta y de la Diputación.

Aquí no pudo entrar nadie. Según cuenta, estuvieron alrededor de 30 minutos. Ahí computaron todos los datos en el ordenador y, después, se hicieron públicos.

―¿Por qué era necesario irse a un cuarto?

―Porque el ordenador estaba ahí. Los votos están en la caja fuerte, se pueden contar las veces que quieran.

―¿Era partidario de la fusión?

―Personalmente, sí.

―¿Voto que sí?

—Sí.

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