El homenaje a las haitianas de Gessica Géneus


Gessica Généus (Puerto Príncipe, 1985) es una estrella en su tierra natal, Haití. A sus 36 años, la directora, guionista, actriz y cantante ha conseguido que su última película, Freda, participe en 2021 en la sección Una cierta mirada del Festival de Cannes. El largometraje cuenta la historia de supervivencia de la protagonista y su familia en Haití, así como el dilema de la migración, las diferencias de clase por el color de la piel y el blanqueamiento al que se someten las mujeres negras. La historia se basa en parte en sus vivencias: Généus también se crio en un barrio popular de la capital, Puerto Príncipe, con su madre y hermanos, y pasó dificultades económicas durante la infancia.

Freda es un homenaje a las mujeres que luchan y deciden quedarse en su tierra para intentar cumplir sus sueños en un país turbulento como Haití. Rodada en esta isla y en lengua criolla, ha sido premiada dos veces por el Festival de cine de Namur. Además, ganó el segundo premio al mejor largometraje del Festival Panafricano de Cine y Televisión de Uagadugú (FESPACO), recién celebrado en la capital de Burkina Faso, ya que el certamen está abierto no solo al cine africano sino también a obras realizadas por la diáspora. Entre los países participantes, los organizadores incluyen Haití, en tanto que la mayoría de su población es afrodescendiente.

Pregunta: ¿Qué significa para usted participar en el FESPACO?

Respuesta: Freda no podría presentarse en otro lugar que no fuese el FESPACO. Es una de las citas mundiales del cine y es aquí donde todos los cineastas africanos se encuentran. Para mí, es una consagración. Siento que Uagadugú es mi casa, aquí tengo mi sitio aunque esté al otro lado del mundo de Haití. La única diferencia entre nosotros es geográfica y la lengua criolla.

P: ¿Por qué optó por tratar el dilema de migración en su primer largometraje?

R: Hay una fuerte migración en Haití. Mucha gente que se va del país, pero hay 12 millones de que siguen allí. La idea de que los que se quedan no luchan es una percepción errónea. No poner el foco sobre la gente que dice: este es mi país y voy a pelear por él, es dar la imagen de que la gente abandona y no combate.

P: ¿Cuánto de verdad hay en la cinta sobre cómo vive la población en Haití?

R: La película muestra la situación de la mayoría de la población. Es así como yo he crecido, con una tía como Freda. Reproduzco lo que conozco y quería verlo en la pantalla.

P: ¿Por qué incluye imágenes reales de manifestaciones en Haití?

R: Las protestas de jóvenes tuvieron lugar en 2018 porque habían desaparecido 4.000 millones de dólares. Es mucho dinero como para no saber dónde está. Yo estaba en esas protestas y quería documentarlo para que no se dijese que la juventud no se había movilizado, aunque los estaban matando y lanzando gases lacrimógenos. No se documenta lo suficiente en Haití y cada generación piensa que es la primera en manifestarse, pero muchas han luchado antes.

Las mujeres ya no esperan que les den nada, quieren existir

P: ¿Qué semejanzas tiene con África?

R: Libramos la misma lucha. Nuestro corazón está en África, es nuestra casa, particularmente el oeste del continente porque desde aquí es de dónde nos arrebataron para llevarnos al Caribe.

P: ¿Por qué eligió a la actriz Néhémie Bastien paraFreda encarnar a Freda, a pesar de que nunca había tenido un papel en un largometraje?

R: Yo debía hacer el papel de Freda, no obstante escribiendo la obra me di cuenta de que no era la persona apropiada. En Haití, como no hay una gran industria del cine, no hay muchas actrices disponibles. Había visto algunas intérpretes de teatro, pero no eran lo que buscaba. Entones fui a un festival de teatro y encontré a Freda (ríe), bueno, conocí a Bastien. Y con Jeannette (la madre de Freda) me pasó lo mismo. Estaba en mi oficina y supe que era ella, lo percibí en su cara, una mujer llena de algo inexplicable. Le dije: ‘Ven, vamos a hacer un casting’. Ella ni siquiera sabía lo que era eso y no paraba de reír, no lo entendía.

P: También en la película ríe y lo hace en escenas dramáticas.

R: Sí, cuando está nerviosa, ríe. En Haití somos así. Cuando Jeannette está en una situación incómoda emocionalmente, ríe. Es importante mostrar a la gente que vive en Haití que no sale en las noticias, que suelen enseñar solo a una parte de nosotros. Esta película es nuestra historia contada por nosotros mismos.

P: La película participó en el Festival de Cannes, con gran repercusión en los medios. ¿Cree que puede convertirse en un referente para los jóvenes talentos de su país?

R: Sí. Mucha gente está sorprendida de que una película haitiana en lengua criolla llegue a Cannes. Es la primera vez. Aunque es complejo hacer una película allí. En un contexto como el de Haití, donde hay muy poco dinero, las películas tienen que salir de las tripas. Hay muchas cosas de mi vida que podría haber contado en Freda, pero tenía que ser algo visceral. Me decía: ‘Si no cuento esto, no voy a sobrevivir’. Ese sentimiento es el que te permite seguir cuando estás rodando y todo se complica: te niegan la financiación o se excusan con que el guion no es suficientemente bueno. Cada vez que me contestaban que no, yo pensaba: ‘Yo veo mi película y voy a luchar para que exista’. Lo gracioso es que la misma gente que había leído el guion, ahora se sorprenden cuando la ven.

Ya estoy trabajando en mi próxima película, algo más compleja, sobre los travestis y las prostitutas. En ella cuestiono la moralidad de los haitianos y la homofobia

P: ¿Es más complicado para una mujer?

R: Sí, aunque las cosas están cambiando. Estamos tomando el lugar que nos pertenece, no creo que nos regalen nada. Las mujeres ya no esperan que les den nada, quieren existir. En la intimidad, con la familia, ya nos reivindicábamos; ahora lo hacemos ante los ojos del mundo y de todos aquellos que opinaban que no era posible. ¿Por qué disimular? ¿Por qué aceptar un silencio impuesto? ¿Por qué esconder nuestras batallas? Hay muchas cosas que hacíamos antes, pero no estaban reconocidas.

P: Usted es cantante, actriz, y esta es su primera experiencia como directora en un largometraje ¿va a continuar dirigiendo?

R: Sí, el cine es el medio de expresión dónde me siento más cómoda. Ya estoy trabajando en mi próxima película, algo más compleja, sobre los travestis y las prostitutas. En ella cuestiono la moralidad de los haitianos y la homofobia que en ocasiones lleva incluso a la muerte, en Haití y en otros países. Quiero entender este problema. Durante cinco años tuvimos un presidente que era abiertamente travesti [por Michel Martelly], se vestía de mujer y decía muchas obscenidades. Y lo elegimos. Tengo ganas de explorar esto.

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