Mientras que el huracán Elsa avanza desde el norte de Jamaica hacia Florida, donde con toda probabilidad llegará convertido en tormenta tropical, las autoridades de Miami siguen planificando la demolición del edificio que quedó en pie dentro del complejo urbanístico de las torres Champlain. “En el onceavo día y, coincidiendo con la celebración del 4 de julio, nuestra fiesta de Independencia, no es hoy la que hubiéramos deseado”, ha declarado esta mañana de domingo, en rueda de prensa, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava. Hasta el momento, los fallecidos ascienden a 24 y los desaparecidos son 121.
Desde que el pasado jueves 24 de junio, se derrumbara de madrugada el edificio de 12 plantas en la localidad de Surfside, los servicios de rescate no han parado de trabajar y sólo han interrumpido las labores de búsqueda en alguna ocasión debido a las fuertes lluvias de esta temporada. Con la amenaza de Elsa a punto de impactar sobre Florida, este fin de semana se decidía que había llegado la hora de demoler la parte del edificio que quedaba en pie. Mientras que la alcaldesa no daba una fecha concreta para tan delicado acontecimiento, el jefe de los equipos de rescate de los bomberos de Miami-Dade, Ray Jadallah, aseguraba que el derribo se llevaría a cabo esta noche de domingo.
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Citado por el diario The Miami Herald, Jadallah comunicaba que estaban considerando “algún momento durante la noche de hoy [domingo]”, dijo Jadallah al salir de una reunión con familiares de las víctimas y desaparecidos del derrumbe. Siempre según el Herald, el jefe de los bomberos anunció que los profesionales que están organizando la demolición controlada ya han completado el 80% de las perforaciones donde se emplazarán los explosivos con los que implosionar los cimientos del bloque, que deberán provocar la caída en vertical de las 12 plantas que quedan en pie. El responsable de los bomberos recalcó que si no se paraba la búsqueda, las propias obras podrían provocar el colapso de la estructura. “Si eso sucede”, comentó, “simplemente se derrumbará sin previo aviso”.
Hasta ayer sábado, los políticos locales mantenían que el derribo podría llevar semanas, ya que la estructura es muy frágil. Sin embargo, los expertos sobre el terreno advertían de que la torre de apartamentos mantiene un equilibrio muy precario y que el azote de la lluvia y el viento de Elsa, que es probable que se haga notar en la zona, podría hacer que cayera de forma descontrolada, con lo que supone de riesgo y peligro tanto para los equipos de salvamento como para los habitantes de Surfside.
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Las autoridades se han visto obligadas a tomar una decisión dolorosa, ya que querían minimizar lo máximo posible las interrupciones en la búsqueda de víctimas para que sus familiares pudieran saber qué había sido de sus seres queridos y a la vez proteger a las cuadrillas de trabajo del peligro que supone rastrear la inmensa pila de escombros y metal. Tanto los supervivientes como las familias de los desaparecidos fueron informados del plan de demolición por la alcaldesa Levine Cava, que declaró que todos ellos entendían la situación. “Aunque por supuesto, todo el mundo está devastado”, dijo la regidora.
Sabiendo que ya se corre contrarreloj, varios propietarios han difundido una petición online en la que exigen que sus mascotas sean sacadas de las viviendas antes de tirar abajo el inmueble. Levine Cava aseguró que comprendía la inquietud por los animales de compañía, pero aseguró que los equipos de rescate no habían logrado identificar a ningún ser vivo dentro de la frágil estructura.
Según informa este domingo el diario The Washington Post, la implosión será llevada a cabo por una empresa de Maryland que tiene en su haber un importante récord de derribos de construcciones importantes. Entre ellas se encuentra la demolición, el pasado febrero, del Trump Plaza Hotel y Casino de Atlantic City.
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