Visto bueno a las cuentas. Son tiempos de incertidumbre en lo económico, complejos porque las circunstancias cambian a golpe de semana. El Bilbao Basket trata de navegar con la mayor tranquilidad posible dentro de la marejada. El club sacó adelante con una abrumadora mayoría todos los puntos presentados en la Junta General de Accionistas. Tanto los números referentes al pasado ejercicio, cerrado a 30 de junio, como al presupuesto de la campaña 2020-21, que será de 3,1 millones de euros. Se reduce en un 14 % con respecto a la anterior. El club, además, prevé unas pérdidas de 234.000 euros.
Pese a la situación de pandemia, la Junta pudo celebrarse de manera presencial en el Hotel Gran Bilbao, siempre respetando los protocolos sanitarios pertinentes. Estuvieron representadas 45.798 acciones, del total de las 88.812 en las que se divide el capital social del Bilbao Basket. Así las cosas, la Junta General se constituyó con el 51,57% del accionariado. En el primer punto del orden del día se ratificó los nombramientos de Xabier Caño, Alfonso Santiago, Ametsarreba S.L. y Mugaberriak XXI, S.L. como miembros del Consejo.
Luego llegó el turno de explicar los números. Los dirigentes del RETAbet se han visto obligados a ir redirigiendo el GPS sobre la marcha debido a lo cambiante que han sido los meses más recientes. Explicaron que barajaron hasta cinco presupuestos distintos para acabar presentando un sexto al que dieron forma en noviembre. El planteamiento inicial era de 4 millones que han tenido que reducir hasta los 3.143.016 euros por efecto del covid. Son tiempos de “control económico”, apuntó Isabel Iturbe, presidenta del Bilbao Basket. La entidad pasará de unos beneficios de 440.000 euros en el curso 2019-20, entre los que se incluyen los 150.000 por el traspaso de Bouteille a Unicaja, a unas pérdidas de 234.000 en el actual.
Han partido de la base “más negativa posible” para realizar el presupuesto. Es decir, que no habrá espectadores en Miribilla en toda la temporada. La campaña de abonos, cierto es, ha supuesto un cierto alivio. El club obtuvo un beneficio de cerca de un millón de euros en la pasada campaña por este concepto y en la presente será de 620.000 euros. ¿Qué sucederá con ese dinero? Los dirigentes han estimado que el 30% de esa cuota está dedicada a gastos operativos básicos, 185.000 euros que están en tesorería. El 70% restante se aplicará en función de la asistencia a los partidos en próximas temporadas.
Por su parte, la deuda continúa descendiendo. Se ha reducido en 875.000 euros y al cierre del ejercicio se situaba en 2,2 millones. Con la Hacienda de Bizkaia asciende a 1.650.000 euros y no existe pago de cuota en la 2020-21 al haberse realizado ya; con la Caja Rural de Navarra la cantidad adeudada es de 333.000 euros, a pagar en tres años; y con Fogasa es de 210.000 euros, a pagar en cinco años.
La situación del sponsor también preocupa. “No tenemos ninguna notificación oficial, tenemos seis años más de contrato con RETAbet. De aquí a lo que ocurra en los próximos meses, desconocemos qué naturaleza cogerá la aprobación del decreto. Sabemos que hay algún movimiento, algunas entidades que están solicitando que se mantengan los contratos firmados, pero no sabemos si vamos a tener una respuesta. En principio todo parece indicar que la próxima temporada acaba y por lo tanto se acabaría nuestro patrocinio, pero a día de hoy la situación es esta”, explicó Carlos del Campo.
Los movimientos en la plantilla y cómo afectan al presupuesto también despertaron interés. Se dio a conocer que las salidas de Jones y Moses dejaron un montante de 20.000 euros y que las llegadas de Miniotas y Huskic se financian por esa vía, con el resto del salario que correspondía a los ya exhombres de negro. El pago de la FIBA por la lesión de Balvin sirve para sufragar las incorporaciones temporales de Aminu y Jenkins. “Tenemos una partida de 60.000 euros dentro del presupuesto y hemos consumido unos 30.000, aún tenemos margen para hacer modificaciones. La dirección deportiva está haciendo una labor eficaz”, manifestó Del Campo.
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