El incierto futuro de los scooters eléctricos compartidos.

El incierto futuro de los scooters eléctricos compartidos.

Ciudades de todo El mundo ha visto una afluencia de patinetes eléctricos de dos ruedas en la carretera durante los últimos años. Scooters de la talla de Bird, Lime, Spin, Uber´s JUMP, Lyft y otros intentan ser dueños de la primera y la última milla. La primera milla se entiende a menudo como la distancia entre un centro de transporte y el punto de partida de alguien, mientras que la última milla es la distancia entre un centro de transporte y el destino final de alguien. Estas compañías quieren ambas cosas, y algunas (Uber, Lyft) también quieren todo lo que se encuentra en el medio.

El aumento de los scooters eléctricos a menudo se compara con el aumento de la conducción, pero hay algunas diferencias clave en juego. Por un lado, las ciudades están a cargo de la regulación, no los estados. Y como estos son vehículos mucho más pequeños, las ciudades pueden recogerlos fácilmente y tirarlos en la parte trasera de un camión si se convierten en una molestia. Mientras tanto, como parte de la regulación de la ciudad, el intercambio de datos no es opcional, es un requisito para que las empresas reciban permiso para desplegar scooters en las calles de la ciudad.

El ecosistema de inicio se había acostumbrado a la ética de pedir perdón, en lugar de pedir permiso. Pero ese no es el caso de los scooters eléctricos. Estas compañías han encontrado que todos sus negocios están supeditados a la aprobación continua de ciudades individuales de todo el mundo. Eso crea inherentemente una serie de posibles conflictos.

Tampoco está claro si el aumento en las personas que viajan en scooters es indicativo de que las personas adopten servicios compartidos o simplemente adopten un nuevo medio de transporte. Algunos expertos de la industria se preguntan si es solo una cuestión de tiempo que los consumidores abandonen los scooters compartidos a cambio de sus propios.

Entre los reguladores de la ciudad que limitan el crecimiento de los operadores, la gran cantidad de compañías que van después de las primeras y últimas millas y la amenaza del cambio de propiedad compartida a propiedad, todo se reducirá a la supervivencia del más apto.

A merced de las ciudades

A diferencia del mercado de viajes compartidos, los operadores de scooters eléctricos dependen totalmente de las ciudades. Estas ciudades, con razón, tienen una serie de inquietudes que van desde la seguridad hasta la congestión en las aceras hasta la igualdad de acceso al transporte.


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