El increíble motivo por el que el queso suizo tiene agujeros

¿Alguna vez te has preguntado por qué el queso suizo o el queso Emmental tiene agujeros ? Una pregunta del millón de dólares que encontró una respuesta completa hace relativamente poco tiempo. Uno de los productos suizos por excelencia se ha hecho famoso en todo el mundo precisamente por tener esa forma en la que todo son grandes orificios pero ¿por qué tiene esta característica? Conozcamos a continuación, el increíble motivo por el que el queso suizo tiene agujeros.

Por qué el queso suizo tiene agujeros

El queso suizo o Emmental es un queso icónico más que por su sabor, por su apariencia llena de agujeros. Pero ¿cuál es el motivo para ello? Dichos agujeros son causados ​​por el procedimiento particular llevado a cabo para la creación de este tipo de queso.

El queso suizo se crea agregando cultivos de bacterias S. thermophilus, Lactobacillus y P. shermani a la leche tibi . Estas bacterias forman cuajada en la leche, que luego se presiona en moldes en forma de rueda y luego se sumerge en un baño de salmuera. Este último forma una gruesa costra alrededor del queso y, una vez que esto ocurre, se cuelgan las ruedas para que maduren.

A medida que el queso envejece, las bacterias continúan comiéndolo. Dado que la bacteria P. shermani también consume el ácido láctico producido por otros tipos de bacterias, a su vez produce dióxido de carbono y ácido propiónico. Es este último el que le da al queso su sabor característico, mientras que el dióxido de carbono , debido a la densidad del queso y de la corteza, crea burbujas.

Cuanto más viejo es el queso, más grandes se vuelven las burbujas. Cuando el queso redondo completo se rompe en partes más manejables, las burbujas estallan y dejan agujeros. Estos agujeros son llamados «ojos» por los productores y su tamaño puede controlarse variando la acidez, el tiempo y la temperatura del queso.

Agujeros más pequeños actualmente

Ahora ya sabéis el motivo por el cuál el queso suizo tiene agujeros, pero dicha explicación se la debemos a  o William Clark , un apasionado investigador estadounidense que en el año 1917 decidió estudiar el queso Emmental para intentar desvelar el secreto de sus ojos. Después de varios estudios, fue Clark quien concluyó que los ojos se debían nada más que a la expansión del dióxido de carbono producido por la bacteria, aunque cabe añadir por otro lado, que en los últimos años y debido a los procesos más mecánicos o automáticos para la fermentación del queso, la acumulación de bacterias es menor y de este modo, se ha notado un descenso en el tamaño de los agujeros del queso suizo, en comparación con los de décadas atrás.


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