El instructor del expediente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) por el partido Deportivo-Fuenlabrada ha propuesto este sábado el descenso administrativo del conjunto madrileño y una multa de 15.001 euros, decisión que elevará al Comité de Competición, según ha sabido EFE.
Ricardo Esteban Díaz Sánchez, que pudo concluir el expediente una vez que el Comité de Competición
desestimó dos solicitudes del Fuenlabrada para que fuera recusado, entiende que su propuesta cumple el “principio de proporcionalidad”, adecuándose a la gravedad de los hechos infractores”.
El club expedientado y el resto de interesados disponen de un plazo de diez días hábiles para formular las acusaciones que consideren oportunas.
En las 45 páginas del expediente al que ha tenido acceso EFE, sostiene que la actuación del Fuenlabrada “se apartó” de lo que debía haber sido una “actuación respetuosa y leal con las normas, con la competición, con el fair play, con el resto de los contendientes, los árbitros, los jugadores y el titular de la competición”.
“Lejos de ello, se trató de una actuación insolidaria, que miró exclusivamente por el propio interés del club, en detrimento del resto de actores de la competición, y que resulta aun si cabe más reprochable al tratarse del último partido del campeonato y no haber reparado en la posible afectación a la salud de los participantes en la competición”, justifica.
El instructor explica que el Fuenlabrada era conocedor de cuatro positivos por COVID-19 el domingo 19 de julio, víspera de que viajara a Galicia para afrontar el partido con el Deportivo y en esa fecha no consta que la Federación o el Consejo Superior de Deportes (CSD) recibieran información al respecto.
“El hecho de no comunicar esta información al CSD y a la RFEF pudiera haber quedado en una mera anécdota si no fuera porque, al final, donde había cuatro casos se convirtieron en veintiocho, se tuvo que suspender la celebración del partido siendo la última jornada y se produjo una desvirtuación (hasta ahora nunca vista en la historia del fútbol español) de la competición”, sostiene.
Entiende que “efectivamente, el club (Fuenlabrada) y la LNFP ocultan, deliberadamente, toda la información que conocían, quizá con la esperanza de los casos no trascendieran”.
“Posteriormente”, añade el instructor en su relato, “cuando ya no tienen más remedio habida cuenta de que la situación se había descontrolado, es cuando en la tarde del lunes 20 de julio deciden ponerlo en conocimiento de la Dirección General de Deportes y este, a su vez, del Secretario General de la RFEF”.
Eso, apunta en su expediente, propicia que se celebrara una reunión de urgencia en el marco de la Comisión de Seguimiento para el Convenio de Coordinación RFEF-LNFP, con presencia del CSD para tratar el asunto.
Considera “un tanto llamativa la información que remite el Secretario General de la RFEF que manifiesta que recibe llamadas del CSD para la convocatoria de una reunión sin determinar el asunto y que recibe mails de la LNFP en los que ya se adelanta el borrador del acta de la reunión (que no se había celebrado) sin que, con anterioridad, esta institución fuera informada de nada”.
En este sentido, cree que “la ocultación de la información” por pate del Fuenlabrada y de LaLiga llevó a la toma “de una decisión que afecta a toda la competición”.
“Si en el momento que conocen la existencia de cuatro casos positivos se hubiera dado traslado a la Comisión, se podría haber tratado el asunto con más tiempo e, igual quién sabe, se hubiera adoptado otra decisión”, razona.
Precisa, igualmente, que “deliberadamente, club y LNFP” ocultaron información, “aun a sabiendas de que es el Comité de Competición el que, en última instancia, tiene la competencia para la suspensión de los partidos”.
Concluye por este lado que si se hubieran comunicado los positivos desde el principio “es posible que las decisiones hubieran sido de otra índole, terceros clubes no se hubiesen visto perjudicados en sus intereses por un asunto del cual no son responsables pero sí víctimas y, en definitiva, no se hubiese alterado el buen orden deportivo y la finalización de la competición”.
El instructor también sostiene en su exposición que LaLiga abandonó “a su suerte al resto de clubes participantes en la competición” y mostró “un interés desmedido, adquiriendo un rol interesado y sobreprotector en defensa del Fuenlabrada”.
“Entre los días 20 de julio y 14 de agosto han ocurrido un sinfín de situaciones en relación con la competición de Segunda”, apunta el juez, que “no alcanza a entender cómo pueden permitirse ciertas cosas a clubes que con sus conductas han perjudicado gravemente la competición”, en alusión a que el encuentro se hubiera, finalmente, disputado el 7 de agosto.
Considera que los perjudicados han sido el Deportivo, que no pudo “competir en igualdad de condiciones” y el Numancia, que también descendió en la última jornada.
Incide en que los clubes que estaban luchando con ellos por la permanencia (Ponferradina, Albacete o Lugo) disputaron sus encuentros “en mejores condiciones” que el Deportivo al no tener la “presión deportiva” que pudiera haberse dado si jugaran todos a la misma hora
También cree que se le generó un “perjuicio grave e irreparable” al Zaragoza, Almería, Girona y Elche, que se clasificaron para la promoción de ascenso y han tenido que esperar “varias semanas” para disputarla.
Por otra parte, entiende que “uno de los hechos más graves y que, nuevamente, muestran el grado de ocultación por parte de los dirigentes (del club) y de la LNFP de la situación real, es lo que sucede con los propios jugadores y el cuerpo técnico” del Fuenlabrada.
El instructor advierte de incongruencias en el relato del médico del Fuenlabrada, testimonio que el club madrileño intentó invalidar durante el procedimiento y concluye que “los jugadores no fueron informados inmediatamente de los casos positivos o posibles casos”.
“Lo que es aun más grave, no se les informó de que realmente eran casos positivos, se les ocultó esa información y se les obligó a entrenar el domingo y a coger un avión a La Coruña el lunes por la mañana”, apunta el juez, que se apoya en el testimonio del representante de Hugo Fraile, Rodrigo Fernández Lovelle, ratificado por el jugador.
Esgrime, además, que “no existe una prueba más reveladora de la ocultación malintencionada del club de lo que estaba ocurriendo que el hecho de que el entrenador (José Ramón Sandoval), máximo responsable técnico del equipo no conociese la existencia de casos positivos hasta el lunes por la tarde, momento en que la situación se descontrola por completo”.
El instructor también critica al sindicato AFE, del que dice que “no ha mostrado el más mínimo interés en defensa de sus jugadores, salvo la remisión de una documentación” que le fue requerida.
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