El partido entre el Real Madrid y el Inter
de
Milán de este martes (21:00 horas / Movistar Liga de Campeones) supone el reencuentro entre varios jugadores y su pasado. Achraf, que regresa a la que fue su casa, Zinedine
Zidane que se mide al que fuera su capitán en la Juventus, Antonio
Conte y Luka
Modric, que jugará ante el que bien pudo ser su equipo en el verano de 2018.
Y es que el croata, que acababa por entonces de proclamarse subcampeón del mundo con Croacia en el Mundial de Rusia, coqueteó en exceso con el Inter de Milán hasta el punto de que el Real Madrid tuvo que interceder de la mano de la FIFA denunciando un proceso ilegal de negociación.
Los italianos ofrecían al menudo centrocampista balcánico un contrato millonario por dos años en Milán para luego, si lo deseaba, unirse al club chino Jiangsu Suning del cual también es dueño el máximo accionista del Inter, Zhang Jindong, cuyo hijo, Steven Zhang, es el presidente del club nerazzuri.
Balón de Oro y vida en Madrid
Pese a que Modric sopeso la oferta (en el vestuario iba a coincidir con los croatas Vrsaljko, Brozovic o Perisic), finalmente decidió prolongar su estancia en Madrid donde, a la postre, consiguió el Balón de Oro que pudo lucir de blanco.
Sin embargo, el premio de France
Football, fue prácticamente todo el metal que tocó aquel año el futbolista de Zadar, pues primero con Lopetegui, después con Solari y finalmente con Zidane, solo sumó un Mundial de Clubes a la vitrina.
Ya con el francés en el banquillo, Modric recuperó la sonrisa y la forma, pues la cantidad de partidos entre el verano de 2018 y todo el 2019 fue demoledora para sus piernas. Ahora, con 35 años, sigue siendo importante en el esquema del galo y sus buenas actuaciones le han llevado a poner en jaque a un Real
Madrid que tiene que renovarle antes del próximo mes de enero o, sino, será libre de fichar por cualquier equipo.
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