Ignacio López del Hierro, marido de la ex secretaria general popular María Dolores de Cospedal e imputado también en la causa que investiga el espionaje ilegal a Luis Bárcenas por la trama parapolicial Kitchen, no se ha salido este miércoles del guion marcado por su esposa el día anterior. Al igual que hizo la exdirigente del PP en su declaración ante el juez, el empresario ha minimizado el valor de sus reuniones y contactos con el comisario jubilado José Manuel Villarejo —recogidos en varias grabaciones que constan en el sumario— y ha negado que el matrimonio le encargara maniobras para boicotear las pesquisas del caso Gürtel y para espiar al extesorero del PP. El magistrado a cargo de la investigación en el caso Kitchen ha cuestionado la versión de López del Hierro y le ha intentado acorralar con preguntas sobre las numerosas anotaciones de las agendas de Villarejo que revelan sus encuentros y a las que los investigadores otorgan credibilidad.
También ha añadido dudas a la versión del matrimonio la declaración que ha prestado, también como imputado este miércoles, José Luis Ortiz, asesor y jefe de gabinete de Cospedal durante lustros. Ortiz ha contradicho en parte el testimonio de su antigua jefa y ha elevado a “ocho o diez” los encuentros de esta con el comisario en la sede del PP en la calle Génova.
—Su nombre aparece con cierta frecuencia en las agendas de Villarejo. ¿Usted da alguna explicación a estas menciones? —le ha recalcado el juez Manuel García-Castellón a López del Hierro, según la reconstrucción del interrogatorio que ha hecho EL PAÍS a través de los detalles ofrecidos por diversas fuentes jurídicas. El magistrado ya receló el martes de la versión ofrecida por Cospedal, que calificó de simples contactos “sociales” sus encuentros con el comisario.
—No tenía ni idea de que el señor Villarejo anotaba cada vez que te veía. Por tanto, no le veo ninguna explicación a esas agendas.
López del Hierro ha levantado una defensa rígida. Durante cerca de una hora, se ha limitado a echar balones fuera y esquivar toda contradicción. Solo ha respondido al juez, a la Fiscalía, a su abogado y al letrado de su esposa. Y, de hecho, ha resumido su postura en un escueto comunicado de apenas 100 palabras remitido a los medios tras la declaración: “Nunca ha sido militante del PP”, “no ha tenido ninguna actividad pública vinculada a gobiernos” de ese partido; “no tuvo ninguna participación ni conocimiento” sobre el espionaje ilegal a Bárcenas que se investiga en el caso Kitchen; “no participó” en la captación del chófer de Bárcenas como confidente; y “no presentó” a Villarejo al comisario Andrés Gómez Gordo, asesor de Cospedal y figura clave para que el conductor del extesorero colaborara con la trama parapolicial.
El primer contacto con Villarejo
El empresario, a quien la Fiscalía considera el interlocutor entre Cospedal y Villarejo, ha detallado que conoció al comisario “hace mucho tiempo”: “En la década de los 90 me lo presentó un abogado”. “Posteriormente estuvimos sin vernos bastante tiempo, pero hace casi 20 años Villarejo tenía una oficina en Torre Picasso, yo la tenía en la Torre Azca [situadas en la misma zona de oficinas de Madrid], y por ese motivo nos volvimos a encontrar, empezamos a charlar y a tener una relación estrecha”, ha contado López del Hierro, después de subrayar que esa relación fue siempre “personal” y nunca profesional.
Esos contactos, ha proseguido, se intensificaron “posteriormente”. Tras la boda con Cospedal: “Me caso con la secretaria general del PP y hay una serie de ataques tremendos contra mí en la prensa. El señor Villarejo me había dicho antes que tiene muy buenas relaciones con los periodistas y entonces hablo con él de estos problemas. No sé cómo defenderme de estos ataques. Él me ayudó presentándome a algunos periodistas e, incluso, hablando bien de mí a alguno de ellos”, se ha justificado ante el magistrado, antes de insistir en que nunca pagó “cantidad alguna” al comisario por sus servicios.
García-Castellón, que ha repasado durante el interrogatorio una quincena de los apuntes de las agendas de Villarejo en los que se cita a López del Hierro, ha dudado de sus respuestas. Como ya explicó el instructor en un auto, estas libretas dibujan “un cronograma temporal” perfecto de “determinados acontecimientos y coadyuvan a situar en una concreta fecha los incidentes más relevantes que tuvieron lugar en el desarrollo de la llamada Operación Kitchen”. También, de la etapa previa al despliegue ilegal contra el extesorero, cuando este aún no había tirado de la manta y el PP trataba de protegerle.
En esta línea, el juez ha destacado que Villarejo apunta un supuesto contacto con López del Hierro el 26 de enero de 2009, donde “le transmite que su parienta quiere quedar para tomar decisiones”. Esto ocurre apenas unos días antes del arresto de Francisco Correa, líder de la trama Gürtel, que cerca al PP desde 2009. “No recuerdo esa conversación, pero no creo que tenga nada que ver una cosa con otra. Que mi mujer tenga datos para tomar decisiones y luego detengan a Correa, no le veo la ligazón”, ha esquivado el empresario. A lo que el juez ha contestado: “Hombre, yo sí se la veo, por eso le pregunto. Correa afecta al PP, su mujer es secretaria general… No le digo que sea verdad o mentira, pero ligazón hay, reconózcamelo”. “Para mí no tiene que ver. Son dos cosas distintas”, ha sido la respuesta de López del Hierro.
—¿No es cierto que el interés de Cospedal de recibir información del señor Villarejo se inicia en febrero de 2009, cuando este conoce que va a explotar la Operación Gürtel con la detención de Correa y la posible imputación del señor González Panero [entonces alcalde del PP en la localidad madrileña de Boadilla del Monte]?— ha remachado después la Fiscalía Anticorrupción.
—No me consta— ha repetido López del Hierro.
Pese a ello, el magistrado ha vuelto a la carga, según indican fuentes jurídicas. El juez ha leído otro apunte del 5 de febrero de 2009, un día antes de la detención de Correa: “Toque sutil de la situación. Habla con su parienta”, escribió Villarejo tras un presunto contacto con López del Hierro. “¿Lo que le he leído hasta ahora no le suena a usted de nada…?”, le ha remarcado el magistrado. Pero López del Hierro no se ha movido ni un ápice de su posición: “Han pasado muchos años y no lo recuerdo”, ha dicho, antes de admitir que en verano de 2009 organizó un encuentro del comisario con su mujer en la sede del PP de la calle Génova: “El señor Villarejo me pide que quería ver a mi mujer, que tenía cosas interesantes que decirle. Mi mujer me dice que sí, que le parece bien porque había algunas informaciones que quería aclarar”.
López del Hierro ha seguido así la línea de Cospedal: “Ella tenía la sospecha en aquel momento de que estaban espiando al partido desde un piso que había enfrente y había unas filtraciones en prensa sobre Rita Barberá, y me dice que quiere hablar con Villarejo”. El empresario ha negado cualquier reunión con el comisario José Luis Olivera, también imputado en Kitchen y señalado como otro de los presuntos boicoteadores de las pesquisas de Gürtel; y cualquier intervención en la captación del chófer de Bárcenas.
—¿Qué sabe usted de la contratación de Sergio Ríos?— le ha preguntado el juez.
—Absolutamente nada. De su existencia me he enterado hace muy poco por la prensa.
—Pues no sé por qué el señor Villarejo se lo inventa… Como tenían ustedes una relación personal, ¿qué necesidad tenía de perjudicarle a usted?
El asesor contradice a Cospedal
Este miércoles también ha declarado José Luis Ortiz, asesor y jefe de gabinete de Cospedal durante lustros. Según fuentes jurídicas, este ha admitido que conocía a Villarejo por las reuniones que mantenía con la exdirigente del PP en la sede del partido de la calle Génova. Según ha detallado, la primera se produjo nada más llegar ella a la secretaría general. Él mismo fue a buscar al policía con el coche oficial, lo metió en el edificio a través del garaje, subió junto a él en el ascensor y lo dejó ante el despacho de la dirigente popular. ¿Era normal no entrar por el control?, le han preguntado los investigadores. A lo que él ha asegurado que “era normal entrar por el garaje, aunque hay cámaras de seguridad”, y ha elevado el número de citas entre el policía y la política: “Unas ocho o diez reuniones”. Cospedal dijo el martes tres o cuatro.
Aun así, Ortiz ha insistido en que no sabe nada sobre el contenido de esos encuentros, porque él no entraba a la sala. Según ha añadido, el comisario solía pedirle a través de él poder contactar con Cospedal, aunque la entonces secretaria general también propició en algún caso esas citas. También ha negado que participara en cualquier tipo de pago, aunque en las agendas de Villarejo se anotan supuestas entregas de dinero en las que él estuvo implicado. López del Hierro ha mantenido un discurso similar.
—¿Le pidió dinero Villarejo?— ha insistido la Fiscalía al empresario.
“No tengo la más mínima capacidad de encargar nada en un partido en que no soy ni militante”, ha dicho López del Hierro antes de apuntar que creía que, al término de la única reunión en la que asegura que participó, se le dijo al comisario, como “una norma de cortesía”, que alguna vez se le encargaría algo. “Que a mí me conste, mi mujer nunca le ha encargado nada”, ha añadido.
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