Pablo Machín tiene muchos puntos fuertes como técnico, pero sin duda que uno de los más destacables es lo bien que trabaja las jugadas de estrategia. Lo sucedido este domingo en Orriols no es fruto de la casualidad. El Espanyol continuó por el camino de mejoría que emprendió ante el Villarreal hace apenas una semana e hizo más méritos que el rival para hacerse con el triunfo, pero necesitó de una acción a balón parado para imponerse en el marcador.
Todo aquel que ha seguido la trayectoria de Machín como técnico sabe del buen hacer del soriano y su grupo de trabajo en las jugadas de estrategia. Lo demostró en Girona, lo confirmó en Sevilla, y solo ha tardado tres partidos en sacar provecho de las mismas en el Espanyol.
El aprovechamiento de las acciones a balón parado es uno de sus puntos fuertes
El gol de Bernardo a la salida de un córner llegó en el 38’, pero tan solo un minuto antes Darder estuvo a punto de marcar al rematar otro saque de esquina en una jugada ensayada, y en el 26’ el propio centrocampista de Artà también rozó el gol rematando en el segundo palo libre de marca como consecuencia de los bloqueos realizados por sus compañeros. El tanto con el que el Espanyol se llevó los tres puntos del Ciutat de València no fue fruto de la casualidad. Ese gol se gestó en el laboratorio de Pablo Machín y su cuerpo técnico.
Presión como seña de identidad
Además del buen hacer en las jugadas a balón parado, otro de los hechos diferenciales de la mejoría experimentada por el Espanyol esta última semana es cómo presiona. El bloque lo hace perfectamente coordinado, siendo valiente y dificultando mucho al rival la tarea de sacar el balón jugado desde atrás. La premisa tiene sus riesgos, y seguro que le dará algún que otro disgusto al cuadro blanquiazul, pero también muchísimas alegrías.
Sea como sea, lo que está claro es que la llegada de Pablo Machín le ha cambiado la cara al equipo. Hay un largo camino que recorrer para llegar a donde se quiere, pero la cosa pinta bien.
Source link