El Leeds conquistó Anfield en un partido loco, imprevisible y lleno de alternativas para sumar su primer triunfo desde el mes de agosto gracias a un gol de Summerville en el minuto 89′. El cuadro visitante llegó vivo al tramo final gracias a los errores de un Liverpool incapaz de encontrar regularidad y pegada y sobre todo a la exhibición monumental del guardameta Meslier, autor de un puñado de paradas para el recuerdo.
El partido no pudo empezar peor para el Liverpool, que se vio por detrás en el marcador a las primeras de cambio tras un error garrafal perpetrado entre Joe Gomez y Alisson. El central hizo una buena cobertura para recuperar el balón pero lo cedió a su portero sin mirar con el exterior y el brasileño, tras un resbalón, dejó la portería vacía para que Rodrigo hiciera el 0-1 a placer (4′).
El nerviosismo se apoderó de Anfield y el partido entró en una dinámica infernal de ida y vuelta en la que ambos equipos se encontraron en su salsa. La presión adelantada del Leeds causaba estragos en la salida de balón red mientras que el Liverpool reaccionaba a golpe de orgullo más que de fútbol. En el frenesí encontró premio el equipo de Klopp de la mano del de siempre, Salah, que embocó a la red un centro desde la izquierda de Robertson (14′).
El 1-1 no amilanó ni de lejos al Leeds, que rápidamente gozó de dos ocasiones inmejorables en sendos contragolpes fulgurantes. Primero Aaronson estampó un remate al travesaño y un minuto después Alisson detuvo un mano a mano de Rodrigo. El Leeds encontró un filón por la zona de Gomez, que no supo explotar porque el inglés, un flan, estuvo bien socorrido por Van Dijk y Alisson.
El choque se atemperó tras el toma y daca inicial porque Thiago y Firmino pidieron la vez en el Liverpool. El volante se adueñó del balón, el delantero empezó a aparecer entre líneas y entre ambos neutralizaron la presión del Leeds. Suficiente para que el Liverpool parecieran más reconocibles. Sin alardes pero con convicción, el cuadro red domesticó a un Leeds que perdió pujanza con el paso de los minutos y solo la falta de finura en el área de Meslier impidió que el marcador volviera a moverse antes del descanso.
A la salida de los vestuarios el Liverpool se puso manos a la obra para resolver la contienda cuanto antes. El dominio red era estéril porque no se traducía en peligro real y el Leeds, siempre bien plantado y ambicioso, fue yendo a más.
Como ningún equipo renunciaba a buscar el gol, el duelo volvió a convertirse en un correcalles impredecible y roto, con llegadas en ambas áreas y sin un dominador claro. En una contra tuvo el 2-1 Darwin pero con todo a favor chutó contra el cuerpo de Meslier (65′).
La ocasión espoleó a Anfield y en consecuencia al Liverpool, lanzado ya a tumba abierta a por el gol del triunfo. Sin embargo, la precipitación presidió los compases y nadie tuvo la claridad suficiente en los metros finales. Meslier sacó una mano prodigiosa a un disparo de Darwin que iba a la escuadra y en la jugada siguiente Bamford dejó escapar una ocasión clarísima por culpa de un mal control ante Alisson.
La locura iba a encontrar su punto álgido en los últimos estertores del partido, cuando Sommerville, aprovechando la enésima desconexión defensiva del Liverpool, batió a Alisson para llevarse tres puntos de oro.
Liverpool: Alisson; Alexander-Arnold (Milner, 79′), Joe Gómez, Van Dijk, Robertson; Elliott (Jones, 60′), Fabinho (Henderson, 60′), Thiago; Firmino; Salah y Darwin
Leeds: Meslier; Kristensen, Koch, Cooper, Struijk; Adams, Marc Roca; Harrison (Gnonto, 72′), Aaronson, Summerville; Rodrigo Moreno (Bamford, 52′)
Goles: 0-1, Rodrigo (4′); 1-1, Salah (14′); 1-2, Summerville (89′)
Árbitro: Michael Oliver. Amarilla: Summerville (91′)
Estadio: Anfield
ver ficha partido