Sin estar claro quién es el autor de la famosa frase “la política hace extraños compañeros de cama”, sin duda, se ajusta como un guante a lo que está sucediendo estos días finales de la Administración de Trump con su duelo abierto con el Congreso. Si el presidente de Estados Unidos quería enmendarle la plana a sus compañeros de partido al subir la apuesta y reclamar un aumento de las ayudas a la población de 600 a 2.000 dólares, sin duda lo ha conseguido, al ser aplaudido por los demócratas —que han votado a favor del incremento— y ha colocado en una situación inverosímil a la mayoría de los miembros republicanos del Capitolio al confluir los deseos demócratas con los de Trump.
Aunque la respuesta al presidente no se ha hecho esperar y el todopoderoso líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, ha marcado rápidamente la cancha en dos frentes. Uno, al bloquear la iniciativa del mandatario sobre el incremento en los cheques de estímulo que la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, aprobó con el visto bueno del presidente y con 275 votos a favor y 134 en contra (44 republicanos la apoyaron). Y dos, al anunciar que los senadores republicanos votarán mañana miércoles en contra del veto impuesto por Trump a la ley de Defensa, algo que no ha sucedido nunca en los últimos casi 60 años.
La decisión de McConnell apunta a ser el comienzo de una saga que fagocite la actividad del Senado, al menos, por el resto de la semana. Porque no solo son los demócratas los que están satisfechos con la mejora del estímulo en los cheques, sino que los dos senadores republicanos de Georgia que se juegan la reelección el próximo 5 de enero —y cuyo resultado determinará la composición final del Senado de la nación— se han posicionado de forma electoralista a favor del aumento. Marco Rubio, senador republicano por Florida, se sumó a sus colegas de Georgia, igual que lo hizo Josh Hawley (Misuri), uno de sus primeros defensores.
El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, pidió que la Cámara Alta aprobase la ley que ya ha sido certificada por la Cámara, aunque hizo una pequeña anotación: “Existe una gran diferencia en decir que se apoya el cheque de 2.000 dólares y luchar porque esa iniciativa acabe convertida en ley”, dijo Schumer. El demócrata lanzó entonces un órdago a sus colegas de la bancada contraria al cuestionarse si los senadores republicanos iban a tener el coraje de enfrentarse a tres cuartas partes de la Cámara de Representantes, la mayoría de los senadores demócratas y el propio presidente de su propio partido.
En un discurso en el hemiciclo, McConnell recordó que Trump firmó el domingo el rescate, aprobado la semana pasada por las dos cámaras del Congreso, por valor de más de 900.000 millones de dólares, que incluía transferencias directas de 600 dólares a los contribuyentes más vulnerables tras la crisis del coronavirus. En su alocución, el líder republicano en el Senado destacó que “durante este proceso el presidente ha subrayado tres asuntos adicionales de relevancia nacional que le gustaría que el Congreso afrontara juntos.
El primero, como ha explicado McConnell, al presidente le gustaría un mayor apoyo financiero directo para los hogares estadounidenses. “El segundo es la disposición creciente de ambas partes del hemiciclo de al menos revaluar las protecciones legales especiales concedidas a las compañías tecnológicas, incluyendo las formas en que beneficia a algunas de las grandes tecnológicas más prósperas y poderosas”, dijo. Por último, respecto al tercer punto, McConnell citó las investigaciones sobre un supuesto fraude electoral, alegado por Trump sin ofrecer pruebas. “Estos son tres asuntos importantes que el presidente ha vinculado. Esta semana, el Senado comenzará el proceso para poner el foco en estas tres prioridades”, adelantó, sin entrar en más detalles.
La actividad del Senado va a ser frenética esta última semana de un año que acaba con Donald Trump enfrentado a su propio partido mientras sigue sin aceptar los resultados arrojados por las urnas el pasado 3 de noviembre. Si el mandatario amenazó, dos días antes de Navidad, con vetar el presupuesto de Defensa aprobado por el Congreso, este pasado lunes, la Cámara de Representantes de mayoría demócrata revertía el veto amenazante del presidente, quien se adentra en una senda autodestructiva, poco después de que tuviera que claudicar y dar marcha atrás al doblegarse a la presión de republicanos y demócratas para firmar el segundo gran rescate de la economía norteamericana.
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