La opinión de José Luis Blanco sobre el partido jugado ayer por el Bilbao Basket

Termina el año 2020 para un Bilbao Basket plagado de dudas y en posición de descenso. La reconstrucción deportiva aún está casi en su génesis o, al menos, esa sensación da ante equipos cuyo físico y rotación no está al alcance MIB.

Nuevamente se vio a un equipo correcto en el primer cuarto, pero en cuanto el rival de turno sube el nivel defensivo se deshacen los bilbaínos. Los parciales en contra son una constante, no sólo cuando Rouselle tiene que descansar, y como muestra el último minuto del segundo cuarto en el que se pasó de empate a perder por 9 puntos.

Nunca se vio a los de Álex Mumbrú fuera del partido, pero esa sensación de que no llegan a hacer daño a su rival, a pesar de hacer las cosas correctamente, saca de quicio por momentos. Con un arbitraje absolutamente permisivo con los locales, esos detalles, pérdidas de balón, no finalizar fuerte ante aro o permitir triples lastra y decanta la balanza.

El sábado arranca el 2021 para el Bilbao Basket y esperemos que la presión por ganar no les pueda. Porque ante GBC no cabe otro resultado que la victoria, de nada sirven las sensaciones ante el equipo que todos sabien que iba a estar abajo. Que en este caso también se cumpla la lógica.


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