Se las prometía muy felices el Liverpool al recibir al Tottenham este sábado sabiendo que un triunfo le hacía irse a dormir como líder de la Premier League, pero no pasó del empate (1-1) y el que sonríe ahora es el Manchester City, que si este domingo vence en casa ante el Newcastle aumentará su renta hasta los 3 puntos con tan solo tres jornadas más por disputarse.
El partido de Anfield, como era de esperar, resultó vibrante de principio a fin, dando la sensación de que se jugaba a cámara superrápida y con los ‘red’ y los ‘spurs’ luchando por cada balón dividido como si les fuese la vida en ello.
Aunque el Tottenham, con un planteamiento bien trabajado por Antonio Conte y buscando plaza para la próxima Champions, ni mucho menos le perdió la cara al encuentro, lo cierto es que por sensaciones y méritos acumulados el Liverpool fue superior durante la primera mitad. Tanto es así, que en su tramo final encerró por completo al Tottenham en su área y solo el buen hacer de futbolistas como Cuti Romero y Eric Dier evitó que se moviera el marcador. Aunque cabe destacar también que, en lo relativo a ocasiones claras de gol, la cosa quedó empatada en el primer acto al toparse con la madera una vez Van Dijk y otra Hojbjerg.
Ya en la segunda mitad, el Liverpool dio un definitivo paso al frente en la búsqueda del triunfo, pero cuando mejor estaba el cuadro ‘red’ fueron los ‘spurs’ los que encontraron el fondo de las mallas de la portería rival. Fue en el 56′, en un contragolpe de libro en el que Harry Kane bajó del cielo un balón que caía con nieve y abrió a la izquierda para que apareciese Sessegnon presto y dispuesto a asistir a Son para que éste simplemente empujase el balón más allá de la línea de gol.
Con desventaja en el luminoso, Klopp movió el banquillo e hizo que coincidieran en el terreno de juego Diogo Jota (que entró por Henderson), Salah, Mané y Luis Díaz, y fue éste último, siempre eléctrico, el que conectó el disparo desde la frontal que, tras tocar en Bentancur, superó a Hugo Lloris transformado en empate (74′).
A partir de ahí, restaban unos 20 minutos de juego y el Liverpool intentó encontrar el gol con el que irse a dormir líder, pero no lo logró. De hecho, incluso dispuso Hojbjerg de una clara ocasión de gol que pudo ser el 1-2.
El Manchester City lo tiene todo de cara para dar este domingo un golpe en la mesa que puede resultar definitivo para el desenlace de esta Premier League.