Por si acaso alguna vez pareció haberse marchado, el Liverpool ha vuelto. Ha tenido que viajar hasta Londres y vencer en una misma semana y por idéntico resultado a Tottenham (1-3) y West
Ham (1-3) para que se le vuelva a tomar en serio en su lucha por la Premier. Una Premier que, cada vez, pelea con menos armas. Esta tarde ni Mané, ni Fabinho ni Firmino, que empezó en el banquillo, estuvieron en la nómina de Klopp.
Quien no falló fue Salah. El egipcio, de menos a más, fue quien señaló el camino con dos goles de etiqueta dejando a Wijnaldum el tanto de la confirmación en los minutos finales. Hay Premier.
Partido tacaño en ocasiones
La primera parte de este West
Ham – Liverpool no pasará a la historia del fútbol. Hubo que esperar hasta el minuto 42 para ver el primer disparo a puerta en un duelo, eso sí, que tuvo el ritmo y la velocidad que destilan siempre los partidos de la Premier.
El Liverpool, acusado por incontables bajas, salió a bailar en la fina lluvia de Londres bajo el paraguas de Thiago. El español poco a poco va alzando la voz en Inglaterra y se nota. Los de Klopp, dominadores desde el principio, no dejaban de tocar el balón con mentalidad ofensiva pero el West
Ham, que construyó un muro en su área, solventaba bien los ataques. También es cierto que poco ayudaron las botas de Origi y Shaqiri a la tarea del gol, ambas muy lejos de la suela de los talones de los mencionados Mané y Firmino.
Salah se viste de héroe
Con el empate a nada se llegó al descanso y el paso por vestuarios le vino bien al Liverpool. Concretamente a Salah que, en cuestión de diez minutos, se puso la capa de héroe y condujo a los suyos hacia la victoria con dos golazos, cada uno más difícil de ejecutar que el anterior.
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El primero fue un envío directo a la escuadra. Se presentó en el vértice del área, se perfiló y la ajustó de zurda. Ese tipo de jugadas que todo el mundo conoce pero que absolutamente nadie puede evitar que ocurran. Y en el segundo, abrió el manual del buen delantero por el capítulo nueve, evidentemente, y bajó a tierra un balón de Shaqiri para ponerlo de primeras dentro de la meta hammer. No fue un gol, fue una obra de arte.
Respiró entonces el Liverpool, sonrió Klopp y los ‘reds’ comenzaron a saborear los tres puntos. Firmino, que salió en los minutos finales, se sumó a la fiesta cediendo un gol en bandeja a Wijnaldum y el 0-3 bajó el telón del partido.
Aún así, quedó tiempo para que Dawson, de cabeza, hiciera el gol del honor para un West Ham que no mereció tanto castigo pero que salió derrotado en su estadio después de un gran inicio de 2021.
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