Sumó este lunes 3 puntos que bien valen para recomponerse un poco tras las dos dolorosas derrotas sufridas en Anfield ante Chelsea y Fulham, pero el Liverpool de esta Premier League no tiene nada que ver con el que conquistó el título el curso pasado. El conjunto dirigido por Jürgen Klopp venció pero no convenció en Wolverhampton (0-1) gracias a un solitario tanto de Diogo Jota. El portugués mordió la mano que le dio de comer y dejó a los ‘lobos’ sin aullar ante un Liverpool que llegaba al Molineux Stadium más que magullado y se marchó habiéndose lamido las heridas pero notando todavía cierto escozor.
Acostumbrados tanto los de Nuno Espírito Santo como los de Klopp a sentirse cómodos más respondiendo a lo que plantea el rival que proponiendo juego, desde el inicio unos y otros dieron pequeñas muestras de no querer el balón. Quizá por ello Thiago Alcántara no acabó de entrar nunca en el duelo y finalmente fue sustituido mediada la segunda mitad.
En los Wolves, con Adama Traoré en el ‘once’, el más activo fue Pedro Neto, pero con cierta precipitación fruto de andar algo pasado de revoluciones. Y en estas transcurrió toda la primera mitad sin grandes ocasiones de gol hasta que llegó el único tanto del encuentro justo antes del descanso. Fue en el añadido, tras una buena asociación a tres bandas entre Sadio Mané, Salah y Diogo Jota que éste último culminó al superar por el palo corto a su compatriota Rui Patrício.
Tras el citado 0-1, en la reanudación los Wolves intentaron remontar, pero fueron presos del quiero y no puedo. El tanteo en el marcador no volvió a moverse y el Liverpool regresó a casa con un triunfo que le deja a 5 puntos del Chelsea, cuarto clasificado y por ende el equipo que marca la frontera de la ‘zona Champions’.
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Rui Patrício, retirado en camilla
En el tramo final del duelo, en un intento de despeje, el central Connor Coady impactó con su rodilla derecha en la cabeza del guardameta, que quedó tendido en el suelo. Fue atendido durante más de 10 minutos y finalmente fue retirado en camilla.
Se da la circunstancia de que el Wolverhampton ya sufrió otro enorme susto de este tipo esta misma temporada. Fue en noviembre, cuando Raúl Jiménez, todavía de baja por aquella incidencia, llegó a perder la consciencia tras un choque con David Luiz, del Arsenal.
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