El Bayer Leverkusen sacó oro en Moscú en su visita al Lokomotiv, que adoleció del mismo problema que en toda la competición. Su incapacidad para manejar los partidos con malicia. Los de Yuri
Siomin son como su nombre indica, una locomotora que sólo sabe ir hacia delante, sin peros. Al ataque, a por todas. Y eso les penalizó en todos y cada uno de los choques del grupo a excepción del primero.
En el de este martes, se marcó un autogol y se suicidó en la segunda parte. El Bayer se mete en la pelea por el segundo puesto a falta de lo que hiciese el Atlético en Turín, pero sobre todo se asegura el tercer puesto por delante del equipo ruso.
El partido arrancó con un gol anulado a Aleksei Miranchuk por fuera de juego. Un pase en profundidad ante una defensa alemana que estaba prácticamente en el medio del campo y que acabó con un mano a mano en el que el internacional definió a la perfección. El problema, que había arrancado un poco adelantado.
El cuadro local salió con fuerza y acto seguido, Krychowiak se hizo hueco en la frontal para disparar fortísimo. Tan duro que torció las manos de Hradecky. El meta finlandés rectificó lo suficientemente rápido para detener sobre la línea cuando el balón se colaba.
Parecía que los de Siomin iban a arrasar más pronto que tarde, pero el Bayer se adelantaba a los 10 minutos de la forma más tonta posible. Un saque de esquina, varios rebotes y el intento de un jugador local de despejar, con tan mala fortuna que el balón daba en la pierna de Zhemaletdinov y salía en dirección contraria, a la red.
Un varapalo que no hizo cambiar la actitud del Lokomotiv, que en toda esta fase de grupos ha sido un equipo valiente (y lo pagó caro en los dos partidos ante la Juventus). A los 25 minutos, Anton
Miranchuk, el otro de los hermanos, disparó a bocajarro a cinco metros de la línea, pero Hradecky se lanzó felino para evitar el empate.
El Bayer, que se había encontrado en ventaja sin merecerlo, tenía una nueva oportunidad a los 32 minutos. Un pase filtrado, quirúrgico de Volland, dejaba a Bailey en disposición de regatear a Guilherme, el meta brasileño se tiraba, tocaba balón pero se llevaba por delante al delantero. El colegiado no le veía punible. Tampoco el VAR.
El Lokomotiv seguía insistiendo. Eder, en la recta final del primer acto, disparaba desde fuera del área con un potente chut que se iba pegado al palo. la primera parte se cerraba con una enorme ocasión visitante, un disparo desde la frontal de Diaby que repelía Guilherme. El rechazo le caía a los pies de Volland que era incapaz de embocar con el brasileño casi en el suelo.
SEGUNDA MITAD
La segunda parte comenzaba con el segundo tanto de los alemanes. Aranguiz encontraba en un pase en parábola a Sven
Bender cuando la defensa rusa salía, y con una tremenda volea batía por la escuadra al arquero del cuadro ruso.
Otro mazazo para los rusos que no estaban mereciendo semejante resultado. Con todo, los de Siomin, a tumba abierta, se lanzaron al ataque. Eder cruzó el balón de un disparo en carrera, a los 72’, pero su chut tocó en un defensa y llegó manso al meta finlandés del Bayer.
LOKOMOTIV 0-2 BAYER LEVERKUSEN
Lokomotiv: Guilherme; V. Ignatjev, Howedes, Corluka, Rybus; Zhemaletdinov (Kulikov, 65’) , Barinov, Krychowiak, A. Miranchuk; Miranchuk y Eder (Smolov, 77’) .
Bayer Leverkusen: Hradecky; Retsos, Tah, S. Bender, Wendell; Aranguiz, Demirbay; Ballarabi (Alario, 77’) , Volland, Moussa Diaby; Leon Bailey (Baumgartlinger, 45’).
Goles: 0-1, Zhemaletdinov (Min.10); 0-2, S. Bender (Min.52’)
Árbitro: Michael Oliver (Inglaterra). Amonesto a Höwedes (Min. 43), Ignatyev (Min.67), Ćorluka (Min.69), Wendell (Min. 77), Barinov (Min.83)
Incidencias: Partido disputado en el Lokomotiv Stadium.
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