El Real Madrid ha visto frenada en seco su progresión por culpa del parón de selecciones justo cuando atravesaba el momento más dulce de la temporada tras las goleadas ante Galatasaray (6-0) y Eibar (0-4).
Zinedine Zidane se queda en cuadro en Valdebeas con un grupo muy reducido de jugadores por la diáspora de internacionales, hasta 14, que han viajado este lunes para unirse a sus respectivos combinados nacionales. El mayor temor para el entrenador francés es que se repita lo sucedido en el anterior parón, cuando Bale y Modric regresaron con sendas lesiones sufridas durante el mismo partido, el Gales-Croacia.
Se da la circunstancia, además, que casi todos los internacionales a excepción de Militao, Areola y Rodrygo son titulares indiscutibles con sus países. La ventaja para algunos futbolistas blancos (caso de los españoles y los belgas) es que sus equipos ya han cumplido los objetivos y, por lo tanto, Robert Moreno y Robert Martínez podrían optar por dar la alternativa a jugadores menos habituales.
Quienes más números tienen de arriesgar son Modric y Bale, pues sus selecciones todavía no están clasificadas y se juegan el todo por el todo. La gran preocupación para los blancos es el estado físico del extremo de Cardiff, que entre parón y parón no ha disputado si un solo minuto con el Madrid y se ha perdidos los partidos ante Mallorca, Galatasaray, Leganés, Betis, Galatasaray y Eibar antes de ponerse a disposición de Ryan Giggs para los decisivos enfrentamientos contra Azerbayán y Hungría.
Quienes también se juegan un puesto en la próxima Eurocopa son Kroos y Varane, pues sus países todavía no tienen el billete de clasificación. Mejor lo tienen los jugadores sudamericanos que afrontan partidos amistosos de menor exigencia, caso de James, Casemiro, Militao, Rodrygo y Valverde.
Sea como fuere, el Madrid cruza los dedos para que ningún futbolista vuelva afectado por el virus FIFA.
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