El Madrid examina al Barcelona

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La historia argumenta que es un duelo parejo, pero la realidad del presente expone que esta competición es un trofeo para el Madrid, líder y con paso firme en la Liga, y una verdadera Supercopa para el Barcelona. El equipo azulgrana no sabe si tendrá mejor ocasión que esta para alzar un laurel en el curso, fuera de los puestos nobles en la Liga —sexto a 17 puntos del Madrid—, ya apeado de la Champions y con la Liga Europa como consolación, todavía con todo por escribir en la Copa. “Nos gusta jugar este tipo de partidos”, resolvió el técnico del Madrid, Carlo Ancelotti, antes de la semifinal de este miércoles (20.00, Movistar) en Arabia.

“Es una oportunidad, un reto poder llegar a la final. De ganar, puede ser un punto de inflexión para nosotros que nos daría moral y credibilidad tremenda al proyecto”, replicó el preparador del Barcelona, Xavi Hernández. “Ellos llegan con mucha confianza, pero tendremos nuestras opciones”, señaló Busquets, sabedor de que en el vestuario existe la convicción de que en esta ocasión pueden vencer. Ocurre que la racha ante el Madrid es raquítica, ya con cuatro derrotas seguidas para los barcelonistas.

Bien lo sabe Koeman. “Cuando se cae en un clásico, se pierde algo más que tres puntos”, lamentó el técnico holandés. En su caso, perdió el puesto porque minutos después de la tercera derrota ante los blancos —récord negativo que le emparejó con el irlandés Patrick O’Conell (cursos 1935 y 1936)—, unos cuantos aficionados golpearon su coche cuando se marchaba del Camp Nou, momento en que Joan Laporta se decidió a cambiar de técnico. “Es un rival fuerte que ha tenido más problemas que nosotros en esta temporada, pero aquí no cuenta la clasificación, pues en el último partido en el Camp Nou ya fue igualado”, resolvió Ancelotti antes de calarse la gorra y el chándal para dirigir el entrenamiento en el coqueto estadio Príncipe Faisal bin Fahd bin Abdulaziz (capacidad para 22.000 espectadores). La semifinal de la exótica Supercopa en Arabia Saudí, sin embargo, será en el King Fahd International, para 69.000 espectadores.

Llega el Madrid solo con la duda de Carvajal —”la otra es el jugador de banda derecha, si Rodrigo o Asensio”, reveló el técnico italiano—, sostenido en defensa por el dueto Alaba y Militão, ordenado por Casemiro, Kroos y Modric, y agitado y definido por Benzema y Vinicius, que ya suma 12 goles y cuatro asistencias en la temporada de su ensamble en la élite. Es un equipo fijo y sin intriga, todo lo contrario a lo que ocurre en la vereda de enfrente.

Xavi sonríe al fin porque, por más que todavía estén cogidos con pinzas, vuelven a la convocatoria jugadores como Ansu y Pedri tras largas ausencias, también Araujo, Memphis y De Jong, incluso Ferran Torres, a quien inscribieron ya este martes.

“Necesitamos tiempo para crecer, pero el clásico toca cuando toca”, deslizó Xavi. La peor racha barcelonista es de siete derrotas seguidas contra el Madrid entre la temporada 1961-62 y la 1964-65. “A mí lo que me preocuparía es que los jugadores piensen que somos favoritos, pero no lo piensan”, explicó Ancelotti. Todo un examen blanco, quizá un punto de inflexión azulgrana.

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