El Real Madrid de Ramos, Benzema, Courtois, Hazard y Kroos salvó una pelota de partido capital para sus aspiraciones de clasificación a los octavos de final de la Champions con un triunfo balsámico ante el Inter gracias a un tanto de Rodrygo en el minuto 80’. El conjunto de Zidane fue rescatado in extremis cuando peor estaba por un jugador insospechado que se estrenó goleador esta temporada.
El extremo brasileño, a la sombra de Hazard, Asensio o Vinicius en un curso en el que solo había sumado 180 minutos, apareció para salvar los muebles justo cuando el Inter, que llegó a ir perdiendo por 2-0, iba con todo a por un triunfo que, por méritos propios, no hubiese sido injusto.
Catapultado por Lautaro, autor de un gol y de una asistencia, y bien dirigido desde la banda por el intervencionista Conte, el Inter de Milán tuvo a tiro el triunfo, pero se quedó sin gasolina y sin fuelle cuando el Madrid estaba en la lona. La aparición de Vinicius y Rodrygo alivió las penurias continentales del equipo de Zidane, contra las cuerdas y sin apenas margen de error tras la derrota ante el Shaktar y el empate ante el Gladbach.
Con cuatro puntos en su casillero, dos más que el Inter y empatado en el segundo puesto con el Shakhtar, el panorama del Madrid en Europa se aclara más a pesar de que sigue estando en el alambre. Un nuevo tropiezo en San Siro volvería a meter al Madrid en un serio problema.
La cruel derrota del Inter en el tramo final no hizo justicia a la gran actuación de Lautaro en el Di Stéfano. El delantero argentino no tuvo a su vera a su compinche Lukaku, pero se bastó solo para llevar de cabeza a Ramos y Varane, incapaces de encontrar un antídoto para neutralizar su sociedad con Barella.
La salida del mediapunta resultó calamitosa para los intereses del cuadro de Conte, que se quedó sin claridad de ideas cuando fue a por el empate ante un Madrid bien ordenado que apenas concedió nada.
Acostumbrado a vivir en el alambre, el Madrid sigue con las opciones de clasificación intactas por obra y gracia de Rodrygo, el jugador que sale más reforzado de un envite peliagudo.
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