El Real Madrid es ahora mismo una balsa de aceite. Todo le sale bien al equipo de Carlo Ancelotti, que encadena un pleno de victorias con ocho victorias en otros partidos. Los blancos, vigentes campeones de Liga y Champions, lideran ambas competiciones con puño de hierro dando continuidad al gran momento con el que acabaron la campaña pasada. Ni siquiera la ausencia capital de Karim Benzema perturba el rumbo del cuadro de Ancelotti.
Pero lo del Madrid ya no parece una racha o un buen pico de forma sino un estado de gracia. La última prueba llegó contra el Leipzig en la segunda jornada de la fase de grupos de la Copa de Europa, una nueva demostración de que todo le sale de cara. Tras un primer tiempo muy mediocre en el que los de Ancelotti se vieron zarandeados por el ímpetu y las transiciones del conjunto alemán.
Superado el mal trago inicial, el Madrid hizo lo de casi siempre esta temporada: meter una marcha tras el descanso para marcar las diferencias y resolver la contienda gracias a los goles del incansable Valverde y del indultado Marco Asensio. Los números del cuadro blanco en los ocho partidos disputados este curso hablan por sí solos: en las primeras partes ha marcado 6 goles y encajado y, en las segundas, el rendimiento en las áreas se multiplica. A la salida del descanso Courtois no sabe lo que es encajar gol y el Madrid ha anotado 16 tantos.
El Madrid de las remontadas parece tener continuidad esta campaña: volteó los partidos contra Almería y Mallorca tras el entretiempo y en las difíciles salidas a Vigo (1-4) y Cornellà-El Prat (1-3) la energía del banquillo fue clave para desequilibrar los partidos. El duelo contra el Leipzig fue el tercero de la temporada en el que se llegó a los vestuarios con 0-0 en el marcador tras los primeros 45 minutos: sucedió lo mismo contra el Eintracht (2-0)y contra el Celtic (0-3), encuentros decididos en la segunda parte.
La explicación de Ancelotti a este fenómeno es sencilla: siempre pone en valor la profundidad de la plantilla, maximizada desde que se asentó la norma de los cinco cambios. “En la primera parte queríamos controlar para apretar más en la segunda”, argumentó el entrenador italiano en la rueda de prensa posterior al triunfo contra el Leipzig.
“Tenemos mucho gol y mucha potencia, estamos todos en un buen momento y hay que aprovecharlo. Se nota que trabajamos bien en pretemporada y llegamos al derbi a tope”, le secundo Nacho, capitán y titular contra el Leipzig formando pareja de centrales con Rüdiger.