El Real Madrid se está especializando en ganar sobre el alambre. Por tercer partido consecutivo el equipo blanco se vio con el agua al cuello por el empuje rival y solo pudo matar el partido en el tiempo de descuento. Ocurrió ante el incansable Granada en Valdebebas en un choque muy engorroso de la misma manera que antes sucedió con el Eibar y el Athletic, que también murieron en la orilla ante este Madrid abonado al sufrimiento. El tanto de Casemiro (57’) alivió a los blancos, perdidos tras un primer tiempo que transcurrió según el plan establecido por Diego Martínez y a partir de entonces Zidane mandó las líneas atrás para especular con el resultado sin ningún disimulo.
Solo la precipitación del Granada y el buen hacer del dique de contención que formaron Ramos, Varane y Casemiro evitaron un disgusto navideño en Valdebebas. Con el partido totalmente roto, Benzema puso el broche en el último minuto de descuento.
En la jornada anterior sucedió tres cuartos de lo mismo. El Madrid resistió como pudo (y con bula arbitral incluida) el arreón final del Eibar y un gol de Lucas acabó con las esperanzas locales en el descuento. Ante el Athletic, hace dos fechas, la situación fue mucho más angustiosa para el Madrid. Courtois evitó el empate en el último intento de los leones y en el contragolpe posterior Benzema sentenció.
Sin Modric, otro cantar
El Granada cortocircuitó durante muchos minutos a un Madrid con los plomos fundidos en buena medida por culpa de la ausencia de Luka Modric.
El croata es el faro indiscutible de este Madrid, la red de seguridad que aparece para apagar todos los fuegos. En defensa es el primero en arrimar el hombro y cuando el equipo de Zidane se atasca (como ocurrió ante el Granada) basta que el balcánico reclame el balón para que se haga la luz y fluya el juego.
El conjunto blanco encadenó su quinta victoria seguida en LaLiga con un ejercicio gris y echando mano de su probada capacidad de resistencia, marca de la casa de la Era Zidane.
Source link