El Madrid, sin brillo, tira de eficacia ante el Espanyol

Sabía el Espanyol que para puntuar ante el Real Madrid necesitaba de su mejor versión, minimizar los errores y maximizar el efecto de sus virtudes. La contienda precisaba de garra, de valor y de fe por parte de los de Diego Martínez. Y todo eso se vio, pero a los de Carlo Ancelotti les basta con muy poco para doblegar a sus rivales. Lo sucedido este domingo en el RCDE Stadium es un buen ejemplo de ello, porque al Real Madrid le bastó con tres fogonazos para llevarse los tres puntos de vuelta a casa. El segundo de ellos llegó en el 88’, cuando Benzema se negó a que permaneciese perenne en el luminoso un 1-1 que bien hacía justicia con lo que se había visto a lo largo de todo un duelo reñido y disputado.

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No obstante, cabe destacar que en el tramo inicial el Espanyol pareció un juguete en manos de un Madrid tan travieso como mortífero. Este Madrid de Ancelotti, que juega de memoria, saltó al verde con la predisposición de quedarse con el balón para crecer mediante el mismo, y en lo que al primer cuarto de hora de juego se refiere lo logró. Nada más y nada menos que el 80% de la posesión acumuló en ese tramo, y dicho dominio se vio reflejado en el luminoso al firmar Vinicius el 0-1. Fue en el 12’, cuando el bailongo atacante brasileño encontró un pase entre líneas filtrado por Tchouameni para superar a Lecomte en el uno contra uno.

Pareció entonces que la cosa iba a ser coser y cantar para el Real Madrid, porque al Espanyol le costó un mundo entrar en el partido y ni siquiera ese jarro de agua fría le despertó de una actitud somnolienta acorde con el bochorno de una noche de agosto. Pero en la banda estaba Diego Martínez desgañitándose, corrigiendo a los suyos y escenificando esa fe de la que habló hace unas semanas en rueda de prensa. Y poco a poco el Espanyol fue saliendo del letargo a la par que un conformista Madrid no acababa de encontrar el camino para doblar su ventaja. Así que sucedió lo que tenía que suceder para que se hiciese justicia, que fue que llegó el gol del empate perico. Óscar Gil alcanzó posiciones de ataque y encontró en el área a Joselu para que se parase el tiempo. El ‘9’ perico, ante Courtois. Y el belga, que es el mejor portero del mundo, frustró al bueno de Joselu en primera instancia, pero hubo una segunda oportunidad y entonces el nuevo ‘killer’ blanquiazul (a la espera de ver qué sucede con Raúl De Tomás) no perdonó. Minuto 43 y 1-1 en un marcador que llegó con dicho tanteo al descanso.

En la reanudación, el Espanyol siguió enchufadísimo, luchando los de Diego Martínez por cada balón dividido como si les fuese la vida en ello. Garra perica contra talento merengue y con ello las fuerzas equilibradas camino de la ‘X’ en la quiniela. Pero en el 88’ un milimétrico centro de Rodrygo desde la izquierda encontró a Benzema en el aire para que el francés fusilase a un Lecomte que a posteriori fue expulsado con roda directa por una falta cometida en el tiempo añadido. El propio Karim ejecutó el lanzamiento de libre directo, con Cabrera de portero improvisado, para establecer en el marcador el definitivo 1-3.

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LaLiga no ha hecho más que empezar, pero lo visto este domingo en el RCDE Stadium bien vale para aseverar que la ‘Diegoneta’ más temprano que tarde funcionará como se espera. Pese a que los resultados no han acompañado al Espanyol en lo que va de campeonato, el equipo destila buenas intenciones y predisposición a hacer lo que haga falta para que lleguen los triunfos. En cuanto al Madrid, le sigue valiendo con muy poco para ganar, pero puede que llegue un momento en el que no sea así.

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