En su presentación como técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti dijo algo que entonces se consideró una boutade. La solución a la carestía goleadora tras la marcha de Cristiano le parecía sencillísima: “Benzema tiene que marcar 50 goles, en lugar de 30. Vinicius tiene que marcar más…”. El francés solo había anotado más de 30 hacía ya 10 años, en la campaña 2011-2012, cuando sumó 32. Ancelotti confiaba en una explosión goleadora de un futbolista que iba a cumplir 34 años unos meses más tarde. Por no hablar de los antecedentes de la puntería de Vinicius. Así que su frase se tomó como un exceso veraniego que quedaría en humo, como tantos otros.
Y sin embargo, la explosión se ha producido, sobre todo en el último mes y medio. Benzema regresó el 15 de febrero de una lesión que le paró un mes para jugar contra el PSG en la ida de los octavos de la Champions, y se fue de París de vacío. Pero en los siguientes siete partidos ha anotado 13 goles, incluidos dos tripletes en jornadas consecutivas de la Copa de Europa, en la vuelta contra el PSG (3-1) y el miércoles en la ida de cuartos contra el Chelsea en Stamford Bridge (1-3).
A falta de ocho jornadas de Liga y de cuatro partidos de Champions, si el Madrid alcanza la final, el francés ha superado ya en un 20% su mejor marca goleadora: lleva 37 tantos, lo que significa 1,09 goles cada 90 minutos. Si la temporada pasada hubiera anotado a ese ritmo, habría alcanzado 47 goles, no tan lejos de la boutade de Ancelotti.
Pero la solución del técnico italiano incluía otro elemento fundamental, el florecimiento de Vinicius. Benzema se veía muy solo desde que se fue Cristiano, sin encontrar acompañantes fiables. Si se revisan los datos de las campañas posteriores, se aprecia un esfuerzo por contribuir más a la anotación. En su última Liga con el portugués, por cada 90 minutos de juego disponía de ocasiones que valían 0,45 goles, según el modelo de Statsbomb. El siguiente subió a 0,48; y luego otro peldaño, a 0,50; hasta llegar el pasado a 0,55. Sin embargo, el gran salto no ha llegado hasta que ha aparecido el Vinicius rematador. Ahora Benzema dispone de 0,83 goles esperados cada 90 minutos.
El francés ha sido siempre muy consciente de la importancia del ecosistema en el que se desenvuelve un delantero. Ya desde que compartía delantera con Cristiano. Durante años puso su talento al servicio de la efectividad del portugués, como ha explicado en varias entrevistas.
Después del ciclo con el luso, ha buscado su propio Benzema, y ha dedicado tiempo a modelar a Vinicius desde que llegó con 18 años. Y aunque a veces se ha desesperado, como cuando le dijo a Mendy que no le pasara porque no entendía nada, el plan con el padawan Vini, del que habló hace unos días en L’Equipe, empieza a dar fruto: “Yo no le enseñé fútbol. Todo lo que hice fue hacerle cambiar de opinión. Antes tenía una idea para desbordar, y luego ‘ya veremos qué hago’. Hoy desborda sabiendo si marcará, centrará, entrará. Piensa. Es lo que le enseñé”.
El francés por fin se fía del brasileño, y esa confianza se puede rastrear en el recuento de pases entre ellos que realiza Opta. Esta temporada se dan la pelota casi el doble de veces que la pasada: 13,2 cada 90 minutos, frente a 7,9.
Aunque hay otro dato que refleja aún mejor el aumento de la confianza. Hasta este curso nunca había dado una asistencia al brasileño, y esta ya lleva siete. La conexión también se ha disparado en el otro sentido, aunque Vini ya le había dado pases de gol: tres en la 18-19, ninguna en la 19-20, dos en la 20-21 y siete esta. La última, el miércoles en Stamford Bridge, en una jugada casi de memoria, impensable hace unos meses, en la que una pared entre ellos desarmó al Chelsea y terminó con un centro del Vini que cabeceó Benzema. Era su gol 35.
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