Oportunidad perdida para un Bayern
Múnich que, pese a la vuelta de Robert
Lewandowski después de casi un mes fuera de los terrenos de juego, fue totalmente superado por un Mainz (2-1) enrachado que pospuso, a la espera de lo que haga este domingo el Leipzig ante el Stuttgart, el alirón de los de Hansi
Flick al menos durante unas horas.
El Opel Arena, estadio en el que el conjunto bávaro venía de cosechar amplias goleadas en temporadas anteriores, parecía el escenario ideal para finiquitar la consecución de la novena Bundesliga consecutiva de un Bayern que salió adormilado en Maguncia.
Cantada de Neuer
No habían pasado ni 4’ cuando un derechazo aparentemente inofensivo de Jonathan
Burkardt sorprendió a Manuel
Neuer, que no supo sacarse de encima un disparo muy centrado. Lejos de despertar, el vigente campeón del ‘sextete’ vio como el cuadro dirigido por Bo
Svensson se topaba hasta dos veces con la madera antes de que, ya en el 37’, el sueco de origen ghanés Robin
Quaison cabeceara cómodamente al segundo palo un libre directo ante la inoperancia de la zaga visitante.
Triple cambio de Flick
El segundo gol del Mainz enervó a los muniqueses y Leon
Goretzka, que también regresaba tras lesión, se jugó la expulsión antes del descanso. No le gustaba lo que veía a Flick, que introdujo un triple cambio tras la reanudación. Nianzu, la perla Jamal
Musiala y Choupo-Moting ingresaron en el verde por Goretzka, Leroy
Sané y Kingsley
Coman sin llegar a tener el efecto deseado en el juego.
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La inoperancia en ataque del Bayern, que no daba ni sensación de poder acercarse en el marcador, se prolongó mientras el partido se afeaba con el paso de los minutos con acciones duras por parte de los dos equipos. La única nota positiva para los de Múnich llegó en el descuento. El tanto de Lewandowski beneficiándose de un error flagrante de Alexander
Hack, deja al polaco -36 dianas- a solo cuatro del récord de goles en una sola Bundesliga de Gerd
Müller, con 40, a falta de tres jornadas.
Quinta victoria en siete partidos de un Mainz que parecía sentenciado antes de la llegada de Svensson y que ahora tiene al alcance de su mano la salvación. Por su parte, los bávaros deberán esperar a que el Stuttgart rasque algo del Red Bull Arena o verán como un alirón que parece inevitable se aplace, por lo menos, hasta el próximo sábado 8 de abril.
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